La Ertzaintza no tenía confirmada la radicalización de los detenidos

Aunque no tuviera pruebas «fehacientes», no critica la actuación de la Policía Nacional

El Mundo, IKER RIOJA ANDUEZA VITORIA, 10-12-2015

La Policía Nacional arrestó el pasado
viernes en Gipuzkoa a dos presos
comunes de la cárcel de Martutene
por su presunta vinculación con el
terrorismo de Daesh (el autoproclamado
Estado Islámico), ya que difundían
material yihadista por Internet.
El ministro del Interior, Jorge
Fernández Díaz, los calificó como
«terroristas informáticos» y se felicitó
por la operación, la primera de esta
naturaleza en el País Vasco desde
que se elevara la alerta antiterrorista.
Se da la circunstancia de que la
Ertzaintza tenía también fichados a
ambos, aunque, según explicó ayer
el portavoz del Gobierno vasco, Josu
Erkoreka, en este caso no tenía información
«fehaciente» que confirmara
su radicalización.
Los detenidos fueron M.M., un
marroquí de 24 años que llegó a
hacerse un selfie en la comisaría
de la Ertzaintza de San Sebastián
y a tomar imágenes de patrullas, y
M.C.P, un guipuzcoano de 32 natural
de Zumarraga y que compartía
celda con el primero. Según
Erkoreka, la Policía autonómica
conocía que ambos estaban vinculados
con el menudeo de drogas y
también que M.M. frecuentaba
portales de Internet de contenido
radical. De hecho, difundía parte
de todo ello en sus perfiles de Facebook
u otras redes sociales.
El portavoz del Ejecutivo, en todo
caso, matizó que la de la Er-tzaintza
«era una información que no acreditaba
de manera fehaciente que
fuera una persona fuertemente vinculada
» a Daesh, como sostiene la
Policía Nacional. Erkoreka, eso sí,
no entró a valorar los posibles datos
propios que manejen los servicios
de Información de la Policía para
decidirse a llevar a cabo los arrestos
y apeló a la «coordinación» y al trabajo
conjunto «con responsabilidad
» en España y en toda Europa
para combatir la amenaza yihadista.
«El fenómeno por ser global no
excluye a ningún territorio del riesgo
de atentados», subrayó.
Aparentemente, el elemento que
motivó la actuación de la brigada antiterrorista
de la Policía fue un vídeo
de M.M. en el que se le veía quemando
su pasaporte del Reino de Marruecos.
Se ha interpretado como un
gesto de ruptura con su identidad
anterior y de adhesión a Daesh. Según
la escasa información que ha
trascendido de esta investigación,
aparentemente se habría radicalizado
en Rentería, donde las distintas
fuerzas de seguridad conocen corrientes
ortodoxas del islam que buscan
hacerse con el control de mezquitas
y otros establecimientos.
En este sentido, Erkoreka no ocultó
ayer la «preocupación» del Gobierno
ante la posible existencia de
nuevos casos de este tipo en el País
Vasco. Como el resto de España, la
comunidad autonóma está desde junio
en nivel 4 de 5 de alerta y las medidas
de seguridad se han incrementado,
además, tras los atentados de
París del pasado 13 de noviembre.
Como publicó este periódico, la Ertzaintza
está poniendo todos los medios
para lograr nuevos informantes
sobre tpdp dentro de la comunidad
musulmana y ha sondeado a distintos
agentes para que activen sus antenas
en la calle. La prioridad es reunir
la máxima información y poder
intercambiar esos datos con las Fuerzas
de Seguridad del Estado y con
otros cuerpos de Europa

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