La América del 'presidente' Trump
El Mundo, , 09-12-2015Los Padres Fundadores de Estados Unidos no darían crédito al país que pretende construir el empresario Donald Trump dos siglos y medio después. En la nación ideal de este aspirante republicano a la Casa Blanca, las fronteras estarían cerradas a los musulmanes –temporalmente– y habría un muro al sur para contener a los inmigrantes que vienen de México, de donde llegan principalmente «drogas, crimen, violadores», según dijo al presentar su candidatura. El presidente Trump deportaría a todos los inmigrantes ilegales y cerraría la puerta a los refugiados sirios.
En estos seis meses de primarias, Trump ha dibujado unos Estados Unidos que poco tienen que ver con la nación libre e igualitaria propugnada en la Declaración de Independencia de 1776, que tiene como valores fundamentales «la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad».
La última propuesta de Trump para «volver a hacer América grande» (su mensaje de campaña) tras el ataque terrorista en San Bernardino pasa por «el cierre total y completo de EEUU a la entrada de musulmanes hasta que los representantes del país averigüen qué está pasando. No tenemos elección». Según el empresario hay que determinar «de dónde y por qué viene ese odio», que va más allá de su entendimiento. «Hasta que no entendamos este problema y la peligrosa amenaza que representa, nuestro país no puede ser víctima de ataques horribles a manos de gente que cree sólo en la yihad», advirtió con un comunicado en su web.
Este anuncio, realizado ante un nutrido grupo de seguidores en Carolina del Sur que aplaudieron el mensaje, ha abierto una nueva brecha con el resto del partido conservador que no ha escatimado en calificativos contra Trump.
Uno de sus rivales por la nominación, Jeb Bush, se refirió al multimillonario como «trastornado». El presidente de los republicanos en la Cámara de Representantes, Paul Ryan, recordó que «la libertad religiosa es un principio constitucional fundamental», subrayó en su comparecencia ante los medios según The Washington Post. También destacó que la prohibición sugerida por Trump «no es lo que este partido representa y, lo más importante, no es lo que este país representa».
Sin embargo, la propia Cámara Baja aprobó ayer un proyecto legislativo que negará la entrada a Estados Unidos sin visado a los ciudadanos de países como Francia, España o Chile que hayan ido a una serie de naciones, incluidos Siria e Irak, durante los últimos cinco años, según informa Efe.
Más allá de las fronteras estadounidenses, otros líderes también condenaron la propuesta «políticamente incorrecta» de Trump, según la ha denominado él mismo y que otros califican de «fascista».
El primer ministro británico, David Cameron, expresó a través de un portavoz que estos comentarios «dividen, son inútiles y sencillamente equivocados». Según el premier, la labor de los políticos es buscar formas de «unir a las comunidades y dejar claro que esos terroristas no representan al islam». El primer ministro francés, Manuel Valls, se refirió directamente a la propuesta vía Twitter: «Trump como otros aviva el odio y la fusión: nuestro ÚNICO enemigo es el islamismo radical».
El mensaje del aspirante a la Casa Blanca contra los musulmanes se ha ido radicalizando tras los atentados de París. Entonces propuso crear una base de datos donde se registrase a todos los musulmanes en EEUU para poder vigilarles. También empezó a incluir en sus mítines referencias a cómo «miles» de ellos celebraron la caída de las Torres Gemelas desde New Jersey.
Hasta entonces, el discurso de Trump se había centrado más en el control migratorio de las fronteras. Este verano, repitió en innumerables ocasiones que había que levantar un muro en la frontera con México, que pagaría el Gobierno mexicano.
Con más de 11 millones de inmigrantes estimados en el país, el empresario anunció que de llegar Casa Blanca los deportaría a todos. Hasta 114.000 millones de dólares (unos 104.700 millones de euros) se necesitarían para llevar a cabo esta medida, según el think tank Center for American Progress. Sin tener en cuenta, los efectos sobre la economía del país.
La retórica de Trump chirría, pero los sondeos le presentan como el aspirante republicano más fuerte. Y el proceso de elección comienza el próximo febrero.
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