Mesa de Redacción
Las pestes
Deia, , 08-12-2015DE los resultados de las dos últimas elecciones que hemos conocido podemos decir que el miedo siempre es propio y el hambre puede resultarnos extraño pero estas dos pestes, tanto la necesidad como el miedo, son suficientes para, en el caso de Venezuela dar la vuelta a un mapa electoral, y en el de Francia, aupar a la ultraderecha a las mayores cuotas de poder de su historia. A los franceses les ha entrado un miedo, entendido como guerra en su territorio, tan humano a lo extranjero y a lo extraño que han preferido que gobierne casi la mitad de las 13 regiones del Estado francés, algunas del tamaño de países de la UE, la ultraderecha heredera de un proscrito ahora Jean Marie Le Pen que ordena a los inmigrantes: “Abandonad nuestra tierra”; es un fenómeno propio y europeo que hemos importado a base de Marotos o García Albiols y que condensó ayer Marine Le Pen en una frase: “Probar el Frente Nacional es como adoptarlo”, igual que los venezolanos, huérfanos del pajarillo del llano, acabaron adoptando a un Maduro que ha gobernado para ese chavismo desnudo ante la presión de un pueblo que siempre dijo defender. Es la primera vez que la coalición opositora en Venezuela logra una mayoría en el Parlamento creado en el año 2000 tras la disolución del anterior Congreso porque el desabastecimiento no hace la revolución, del mismo modo que el miedo no parece vencerse a base de libertades civiles.
susana.martin@deia.com
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