Valls llama a votar a la derecha

El primer ministro francés pide apoyo para sus rivales en aquellas regiones donde el partido de Sarkozy pueda frenar a la ultraderecha, ya que «está en juego la República»

El Mundo, MARÍA D. VALDERRAMA PARÍS, 08-12-2015

Veinticuatro horas después de conocer la victoria de la ultraderecha en la primera vuelta de las elecciones regionales francesas, Manuel Valls se pronunció sobre los resultados. El primer ministro llamó a los electores a votar por Los Republicanos en la región del Norte, Provenza y Alsacia para frenar el avance del Frente Nacional de Marine Le Pen.

«Esto es lo que nos diferencia de Sarkozy», dijo Valls, criticando la postura de los conservadores, que han decidido en cambio no participar en fusiones con la izquierda ni retirarse en las regiones donde no tengan posibilidades. «Cuando somos responsables públicos hay que asumir la responsabilidad y no luchar por mantener la silla».

Valls cree que la izquierda tiene opciones de ganar en las 10 regiones restantes. La movilización de los abstencionistas, casi el 50% de la población francesa que no participó el domingo en los comicios, será clave en un posible giro de los resultados.

«No he venido aquí a excusarme. He venido a recordar que vivimos un momento histórico particularmente grave: estamos en guerra». Valls recordó el atentado que el país sufrió el pasado mes de noviembre, que dejó 130 muertos y 350 heridos, así como la Cumbre del Clima que se celebra en París, muestra de la preocupación de la diplomacia francesa por «salvar el planeta».

«Está en juego la República. Este domingo, los franceses deben elegir cuál es la visión de Francia por la que quieren votar». Para Valls, estas dos Repúblicas se dividen entre los que quieren la unión y la extrema derecha que busca «dividir», «hacer que los franceses se ataquen entre ellos» y «mentir a los que están desesperados». Una retirada del PS en las tres regiones de la discordia permitirá a los electores unirse en la «barrera republicana».

En la región del Norte Marine, Le Pen obtuvo el 40,64% de los votos, más de 20 puntos por encima de los socialistas y 15 de LR; Provenza-Alpes-Costa-Azul (PACA), con una victoria del 40,55% de los votos de Marion Le Pen a la que le siguen los conservadores con el 26,68% y los socialistas con el 16,59%; y finalmente la región de Alsacia, a la que llaman Gran Este, cuyos resultados para el FN también dejan poca esperanza a un débil PS.

En un primer momento, los líderes en Norte y Paca no querían retirarse: el primero confiaba en una alianza con los conservadores que quedó pronto descartada y el de PACA quería resistir. No tardaron mucho en aceptar y ceder el paso a LR, aunque eso pase por que los socialistas se queden fuera de los consejos territoriales durante casi seis años. Sin embargo, Jean-Pierre Masseret, candidato en Gran Este no ha seguido las consignas de la dirección y ha vuelto a presentar su lista.

Un resultado triangular, en el que los tres partidos obtengan resultados similares, acabaría siendo una victoria para el FN.

Los propios líderes socialistas, como Jean-Christophe Cambadélis o los alcaldes del PS de las principales ciudades de la región han pedido públicamente el voto para Philippe Richert, candidato de LR en Gran Este. «Corremos el riesgo de dejar pasar a Florian Philippot [FN]», dijo Cambadélis.

También Emmanuelle Cosse, secretaria nacional de los ecologistas, pidieron el voto por Xavier Bertrand en la región de Norte Calais Picardía. No han sido tan condescendientes Los Republicanos que, por su parte, decidieron en una reunión del partido seguir las consignas de Sarkozy y no participar en fusiones ni retirarse en las regiones donde, según los resultados de la primera vuelta, no tendrían muchas posibilidades de gobernar: principalmente Córcega y Languedoc.

Éste es el planteamiento de las nuevas élites del partido de la derecha. Dejar vencer al FN no era una opción en la antigua UMP allá por 2002, cuando el país debió unirse en torno a Chirac para no dejar ganar a Jean-Marie Le Pen. El que fuera primer ministro con Chirac, Jean-Pierre Raffarin, lo puso en evidencia en una entrevista en France Inter en la que se mostró abatido: «Cuando podamos frenar al FN mediante una retirada, habrá que hacerlo».

Finalmente, todo el mundo se quiere convencer de sus propias posibilidades. Los socialistas confían en que la unión anunciada con el resto de grupos de izquierda les permita mantener el poder en Île de France, Languedoc y Borgoña además de Bretaña y Acquitaine.

Los frontistas mantuvieron ayer una actitud de vencedores durante toda la jornada llamando a los «patriotas» a volver a votar por ellos.

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