Marine Le Pen logró ayer un triunfo histórico al convertir al Frente Nacional en el primer partido de Francia. La ultraderecha ganó la primera vuelta de las elecciones regionales con el 30% de los votos, relegando al segundo puesto al partido de Nicolas Sarkozy (27%) y hundiendo a los socialistas del presidente Hollande (23%). Los atentados del pasado 13 de noviembre en París impulsaron el voto del miedo, propulsando a una formación que promete mano dura contra el terrorismo y una inmigración a la que se contempla como amenaza tras la crisis de los refugiados. «Es un resultado magnífico que recibimos con humildad», exclamó Le Pen, que avanza posiciones en la carrera al Elíseo en 2017. Mientras, Sarko rechazó una alianza con la izquierda para forjar un frente común contra los populistas durante la segunda vuelta.