Hay inmigrantes que empiezan a ver una cierta recuperación económica en el país. Así se puede desprender de los movimientos migratorios registrados en el primer semestre del año, publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (Ine). La provincia vuelve a recibir a más ciudadanos extranjeros después de una caída en picado desde que comenzó la crisis, aunque el éxodo de españoles continúa adelante.

Desde 2008 más de 15.600 personas de nacionalidad española han dejado la provincia (en esta cifra se incluyen también a inmigrantes nacionalizados), y de enero a junio han cogido las maletas casi 2.000 alicantinos Una cifra que sube a los 9.355 contando también a la población extranjera.

Este último dato es el global de la emigración, pero aun así el saldo positivo se recupera porque en el primer semestre entraron más de los que salieron (10.141 frente a 9.355). Un balance positivo (+785) que no se registraba desde 2011 y que, además, ha permitido poner freno al descenso poblacional.

Por nacionalidades, la mayoría de los que llegan a Alicante proceden de la UE (4.722), seguidos del resto de Europa (1.855), de África (1.431) y de Sudamérica (1.124). Los países de la UE son también los destinos elegidos por los alicantinos que deciden emigrar. A fecha del pasado 1 de julio, un total de 1.842.751 personas vivían en la provincia, es decir, medio millar de residentes más respecto al 1 de enero. Alicante ha dejado de perder población como ocurría desde 2013, – a pesar de que las defunciones ya superan al número de nacimientos – , y en esta recuperación, además de los inmigrantes, también está detrás el regreso a la provincia de españoles (776).

En el ámbito de la Comunitat no ha ocurrido lo mismo y ha perdido 4.212 habitantes en el primer semestre al pasar de 4.939.674 residentes en el 1 de enero a 4.935.462 a 30 de junio, lo que supone un descenso del 0,09%. Igual ocurre en conjunto del país, que perdió 62.634 habitantes el año pasado, una reducción de población que ha continuado en el primer semestre, cuando se han contado 26.501 residentes menos, porque así como murieron más personas de los que nacieron, se marchó más gente (164.606 personas) de la que llegó (157.221), arrojando, de nuevo, un saldo migratorio negativo. Los datos indican que si bien se ha moderado el ritmo de caída de la población, pues la reducción durante este primer semestre ha sido del 0,06% frente al 0,12% en el mismo periodo del año pasado, España acumula ya seis semestres consecutivos de pérdida poblacional.