Un padre de familia y un hombre discreto
Los vecinos y conocidos, sorprendidos con el arresto de salim aghmir, que está casado y tiene un hijo de 3 años
Diario de Noticias, , 02-12-2015Salim Aghmir no es un desconocido en el entorno que rodea su negocio y su domicilio, que apenas distan 50 metros el uno del otro, en la calle Doctor Simonena de San Jorge. Sin embargo, en un barrio poblado por una abundante comunidad musulmana, pocos son los que conocen su apellido. Quizá porque quienes le han tratado aseguran que es un “hombre discreto”, poco hablador y poco dado a contar su vida, aunque quienes más han rozado con él saben que procede de la ciudad marroquí de Tetuán, que está casado y es padre de un niño de 3 años.
La letra gruesa de algunos medios de comunicación ya le calificaba ayer como consumado yihadista, palabra que chirriaba en los oídos de sus vecinos y conocidos, para quienes fue toda una sorpresa la detención practicada por la Guardia Civil por su supuesta vinculación con el ISIS y sus intentos por adoctrinar y captar a otros fieles dispuestos a viajar a Siria como al parecer él mismo había planificado a espaldas de su esposa, que por cierto, apenas habla español y que ayer era buscada por voluntarias de la comunidad islámica para prestarle su apoyo, dado que no tiene familia en Navarra. Su marido sí cuenta con un hermano que también reside en Pamplona, concretamente en el barrio de la Rochapea, pero estos días se encuentra en Marruecos.
El negocio en el que Salim intentaba adoctrinar supuestamente a otros musulmanes es un pequeño local que abrió hace algo más de un año, según recuerda Feli Francés, cuya tienda de aceitunas y conservas comparte la acera con él. “Le veo casi a diario, trayendo productos para la tetería. Siempre es muy educado y nunca me ha llamado la atención nada en especial. Cuando hoy he venido a trabajar he visto el despliegue policial y no podía imaginarme algo así. Me ha sorprendido mucho”.
“No me cuadra” Abderrahmane Belmecheri trabaja en la carnicería situada a medio camino entre el domicilio y la tetería de Salim. en la que reconoce que ha desayunado y cenado habitualmente, y en la que vio “el clásico”, en referencia al partido de fútbol entre el Real Madrid y el Barcelona, días después de los atentados de París. “Sí, comentamos los atentados, lo que está pasando, como cualquier persona, pero Salim nunca ha hablado de ello alegrándose. No me cuadra que estuviera pensando en irse a Siria. Es un padre de familia y un chico muy normal”, resume este empleado del argelino Mohamed Talbi, quien en 2011 fue detenido igualmente como supuesto yihadista por financiar a Al Qaeda, imputación que posteriormente se diluyó. “Confío en que ocurra igual con Salim, que todo se aclare, porque me sorprendería mucho que realmente haya intentado captar a gente para ir a Siria o que él haya pensado ir. ¿Es que ahora cualquier musulmán que vea vídeos en Internet es un yihadista?”, se pregunta irónicamente Abderrahmane, poniendo en duda la supuesta radicalización experimentada por Salim.
Como buen musulmán, el detenido acudía todos los viernes a la mezquita situada a un par de manzanas de su establecimiento comercial. En ella, el conocimiento sobre Salim es igualmente bastante superficial. “Es un chico que lleva aquí poco tiempo, entre uno y dos años. No habla mucho, hola y adiós, nada más”, señala otro miembro de la comunidad musulmana asentado desde hace años en San Jorge, barrio que ayer se despertó y acostó siendo noticia en todos los medios estatales y locales. Como hace cuatro años.
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