Obama pide a Turquía que cierre de una vez su frontera con Siria
La Vanguardia, , 01-12-2015Más vale tarde que nunca. Barack Obama ha pedido a Turquía que cierre de una vez su frontera con Siria para impedir el tránsito de yihadistas y de suministros del que disfruta el Estado Islámico (EI). Como bien saben todos los expertos en la guerra siria, sellar la frontera turca es el paso más importante –fundamental, de hecho- para frenar la expansión del EI. Pero en cuatro años de guerra Turquía no lo ha hecho.
Han sido las milicias kurdas –con apoyo aéreo de EE.UU.- las que han conseguido, con mayor o menor éxito, interponerse entre el territorio bajo control de los yihadistas y la frontera turca en aproximadamente la mitad de la extensión total. Ahora queda una franja de unos 98 kilómetros a la que el EI todavía tiene acceso.
The Wall Street Journal (WSJ) ha revelado que Barack Obama insistió al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en esta demanda aprovechando la cumbre del G-20 y tras los atentados de París. Pero la respuesta turca no está nada clara.
Turquía ha presentado siempre la misma excusa, que su frontera con Siria es demasiado larga, unos mil kilómetros, como para ser controlada por sus militares. Sin embargo algunos sostienen que en realidad sería fácil para el segundo ejército más numeroso de la OTAN después del de EE.UU. Las Fuerzas Armadas turcas disponen de más de 400.000 miembros activos y unos 186.000 en la reserva. Así, el historiador militar canadiense Gwynne Dyer llega a afirmar en su libro Que no cunda el pánico. Respuestas al terrorismo de Estado Islámico (editado por Librooks) que bastaría con que el ejército turco colocara un soldado cada 10 metros.
La pregunta es qué otras circunstancias, si no son las actuales, merecen un despliegue masivo de tropas en la frontera turca.
Según el WSJ, en el Pentágono creen que un cordón militar solo en un sector de la frontera necesitaría unos 10.000 soldados. Se trata del tramo entre Kilis (Turquía) y Yarablus (Siria), y a Washington le preocupa sobre todo el tramo entre esta última ciudad y Cobanbey (Turquía), por el que los hombres del EI transitan sin mayores problemas. Hay que recordar que, tras la conquista de Kobane, las milicias kurdas del YPG se desplazaron al oeste para tomar Yarablus pero fue precisamente la intervención turca quien se lo impidió.
La réplica turca a las demandas norteamericanas no sentó bien en Washington. Los turcos dijeron que tampoco en EE.UU. son capaces de sellar la frontera con México (unos 3.000 kilómetros). “Si estuviéramos en guerra con México cerraríamos la frontera”, respondieron los estadounidenses, según un alto funcionario citado por el WSJ.
Pero eso fue antes de la intervención rusa, y antes de los atentados de París, y ahora “Turquía ha cambiado, no es la misma de hace seis meses”, dicen fuentes citadas por el diario estadounidense.
El problema es que, a cambio de sellar la frontera, Erdogan quiere ayuda para controlar una franja de territorio sirio a través de la cual facilita suministros a las milicias rebeldes. Es precisamente esta zona donde se produjo el derribo del bombardero ruso Sujoi 24: los grupos apoyados por Turquía están siendo asediados por las fuerzas del régimen sirio –el Hibzulah libanés, principalmente- con la asistencia de la aviación rusa.
Al parecer, los turcos querrían que Washington se implique primero en ayuda de sus rebeldes en ese complicado sector fronterizo, antes de movilizar sus tropas para cerrar la frontera. Pero la actividad rusa allí mismo lo complica todo.
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