«Proteger más a los más vulnerables: extranjeros, homosexuales, personas con discapacidad…». Éste es uno de los retos que, a través de la creación de una unidad especializada en delitos de odio y discriminación, se ha marcado la nueva fiscal jefa de Cartagena, Carmen de la Fuente, para un mandato de cinco años que inició hace un mes y que ayer fue revestido de solemnidad con un acto público.

En la cita, celebrada a mediodía en el Palacio de Justicia, De la Fuente tomó posesión del cargo en presencia de numerosas autoridades civiles y militares, entre ellas la presidenta de la Asamblea Regional Rosa Peñalver; el alcalde de Cartagena, José López; y el almirante de Acción Marítima, Manuel de la Puente. También hubo compañeros y representantes del sector judicial.

En su discurso, De la Fuente renovó su vocación de «servicio público», el que le llevó a «estudiar Derecho» y con el que intenta que la Justicia sea «un arma para resolver conflictos» en una sociedad «poliédrica y con nuevas realidades», y una vía de progreso para un mundo en «igualdad».

Este último principio regirá en especial la tarea de la nueva jefa del Ministerio Público, quien justificó así en declaraciones a ‘La Verdad’ la nueva sección de delitos de odio y discriminación: «En ocasiones, nos encontramos con agresiones y otros delitos que tienen como trasfondo conductas penalmente reprochables contra los más débiles de la sociedad por circunstancias económicas, físicas y de otro tipo. Ahora, de los que se trata es de estar más alerta para que no nos pasen desapercibidas conductas xenófobas y homófobas para que no queden impunes y para que, al menos, sean castigadas como un agravante».

De la Fuente recordó que en el partido judicial la tasa extranjeros es muy elevada y eso requiere, al menos, «un trabajo de concienciación de las policías locales y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para estar aún más atentos a estas situaciones».

Cooperación internacional

Otra prioridad será mejorar la cooperación internacional. Una nueva sección abordará lo relativo a casos de «un mismo delito cometido en varios países», en especial de la Unión Europea y de Suramérica. Citó el tráfico de drogas, el blanqueo de capitales, el tráfico de seres humanos (como las pateras y la trata de mujeres) y temas familiares como el robo de menores y el impago de pensiones.

Se trata, añadió, de ahondar en la estrategia de «especialización» de su antecesora, Verónica Celdrán, quien continuará su trabajo en Murcia tras diez años en su ciudad natal.