El 10% de los vascos defiende que la RGI sea para españoles y el 13% pide más requisitos

Más de la mitad de la población opina que en Euskadi «se ayuda más a las personas extranjeras que a las de aquí»

El Correo, María José Carrero, 28-11-2015

El programa de ayudas sociales del Gobierno vasco, el mejor dotado de toda España con un presupuesto de 461 millones de euros para 2016, genera cierta controversia en la población respecto a quiénes deben ser los beneficiarios y los requisitos a exigir. Según el último Sociómetro, elaborado por el Gabinete de Prospección Sociológica del Ejecutivo autónomo, uno de cada diez vascos defiende que la renta de garantía de ingresos (RGI) no se dé a quien no tenga la nacionalidad española, «aunque esté empadronado o haya trabajado» en Euskadi.

Para cobrar este salario social que garantiza unos recursos de 619,28 euros al mes cuando se trata de una persona (703,73 euros si se es pensionista), se exigen tres años de domiciliación en un municipio vasco o una vida laboral de al menos cinco años. Pues bien, el 13% de los encuestados es partidario de endurecer estos requisitos de acceso, frente a un 47% que los considera adecuados.

El pasado mes de octubre se cerró con 64.593 perceptores de la RGI. De ellos, 41. 291 – el 64% – son españoles, frente a 23.302 extranjeros (36%). Pese a ser así, la percepción de los vascos es diametralmente opuesta. Un 55% de la población se muestra «totalmente o bastante de acuerdo» en que las instituciones «ayudan más a las personas extranjeras que a las de aquí». La encuesta no explica el motivo por el cual predomina esa opinión, pero podría ser porque en la prestación complementaria de vivienda, los porcentajes son a la inversa. La cobran 18.538 ciudadanos extranjeros (el 64% del total), frente a 10.353 vascos o personas de otras comunidades radicadas en Euskadi.

Pese a todo, el Sociómetro no deja duda respecto a que la población vasca cree que los perceptores de las ayudas sociales «las necesitan para vivir». Así lo ven 84 de cada 100 encuestados, los mismos que, además, consideran que estos subsidios evitan «situaciones de pobreza extrema». Respecto a si existe o no fraude en el sentido de que cobran ayudas quienes no reúnen los requisitos o perciben más dinero del que les corresponde, un 69% opina que es así, pero añade que «es menor que en otros ámbitos», como puede ser el impago de impuestos.

La población vasca tiene percepciones muy diferentes sobre la estructura social de la comunidad. Un 23% opina que Euskadi es como una pirámide con muy pocas personas ricas, más gente con ingresos medios y una gran mayoría pobre.

En esta misma línea, el 74% de los encuestados cree que las diferencias entres ricos y pobres se están acentuando en los últimos años; es decir opina que los pobres, además de haber aumentado, son más pobres ahora, mientras que hay menos ricos, pero más ricos. Además, la mitad de los entrevistados está convencida de que las diferencias entre los más pudientes y los menos van a ir a más en el futuro.

Según el Sociómetro, los vascos son sensibles a las peores condiciones de vida de la población inmigrante. Así, siete de cada diez entrevistados considera que las desigualdades de derechos entre las personas oriundas y los extranjeros son «bastante o muy grandes».

Respecto a la educación universitaria, Euskadi la valora mucho. El 64% opina que quienes cuentan con estudios superiores tienen muchas más oportunidades en la vida que el resto.

«Buenos servicios sociales»

El último informe – que recoge la percepción de los vascos sobre diferentes cuestiones de actualidad – pone de manifiesto que se trata de una sociedad orgullosa de sus servicios sociales. Y es que un 54% considera que son «buenos o muy buenos», mientras que si se pregunta cómo son en el resto de España, el mismo porcentaje dice que «malos o muy malos». En consonancia con esta opinión mayoritaria, la mitad de los encuestados afirma que la red asistencial vasca resulta «eficaz para paliar las situaciones de pobreza», pese que el 51% de las personas que han contestado al amplio cuestionario cree que, en realidad, las ayudas «llegan a pocas de las personas que las necesitan».

¿El gasto social vasco debe seguir creciendo? Si se pregunta a la ciudadanía, la respuesta es afirmativa en un 67% de los casos y para ello, el 62% apuesta porque se «paguen más impuestos». En este apartado, es significativo cómo ha evolucionado la percepción en una década. En 2003, los defensores «de tener más prestaciones y servicios pagando más impuestos» suponían la mitad de la población. Doce años después y con una crisis económica que ha dejado en el atolladero a miles de personas, los vascos que así opinan han aumentado en diecinueve puntos.

Cuando se pregunta sobre los colectivos que deben ser los principales destinatarios de las ayudas sociales, los niños en situación de abandono ocupan la primera posición de un listado integrado por doce colectivos. El segundo puesto es para los parados y el tercero para las familias que tienen a su cargo a personas con discapacidad. Solo un 6% elige a los inmigrantes como primera opción, procentaje que se eleva al 21% para las mujeres maltratadas.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)