28ª edición de la carrera popular
“No tenemos aún Euskal Etxea, pero ver partidos del Athletic me da vida”
Deia, , 27-11-2015Neuquén (Argentina) – Neuquén, capital de la provincia argentina del mismo nombre, es con sus 250.000 habitantes la ciudad más grande de la Patagonia. Urbe petrolífera, no recibe a demasiados europeos como nuestro contertulio, que abandonó Euskadi por amor, iniciando en su vida una nueva fase, en la que aún se halla, intentando asentarse laboralmente y adaptarse a esta ciudad cosmopolita, en continuo crecimiento, nada parecida a su Durango natal y su vida de cuadrilla.
¿Cómo llega un durangarra a Neuquén?
- Estaba separado y conocí a mi actual pareja, una chica argentina. Me vine por amor. También es cierto que necesitaba un cambio en mi vida. Inicialmente vine por unos meses, para ver si era factible vivir aquí; eran momentos en los que no había estallado lo peor de la crisis y no había tanta emigración vasca o española a la Argentina. Con la crisis vino mucha gente, particularmente argentinos que previamente habían emigrado allá y que retornaron ante la falta de perspectivas. En mi caso me costó adaptarme y encontrar trabajo; me he dedicado a hacer changas, que es como llaman aquí a los trabajos esporádicos. Ahora tengo ya trabajo en unas instalaciones deportivas, pero he hecho lo que me ha tocado, por ejemplo muebles… la cocina de casa la monté yo, al igual que toda la parte baja de nuestra vivienda.
Veo que no ha sido un camino de rosas.
- Ahora ando bien, pero dejar con 50 años tu país no es como hacerlo a los 20. Llegas a un lugar en el que a pesar de que hablan el mismo idioma las cosas son distintas y cuesta hacerse. Extrañas muchas cosas. A veces sufres también reacciones por parte de autoridades, que te meten en un mismo saco y a la hora de facilitarte las cosas no olvidan que unas horas antes argentinos llegados, por ejemplo, a Barajas han sido devueltos. Por otro lado, la vida aquí es diferente de la que se pueda vivir en Buenos Aires. Coinciden algunas cosas negativas, como la inseguridad, que provoca que casi te limites a ir de casa al trabajo y del trabajo a casa. Pero Neuquén es la capital de una provincia rica, en la que se extrae petróleo. El famoso yacimiento de Vaca Muerta está aquí y a la zona algunos le llaman el pequeño Dubai, aunque el tema petrolífero está paralizado por motivos políticos. Muchos esperaban a las elecciones presidenciales del pasado domingo, para ver si la cosa cambiaba o no. Ganó Macri y ahora dicen que a partir de diciembre, cuando asuma, todo eso se va a activar.
¿Entiende la política argentina?
- Puf (hace un expresivo aspaviento). A quienes venimos de allí nos cuesta mucho entenderla, hay muchas ramificaciones del peronismo y resulta francamente complicado.
Lo que tiene claro es que desea iniciar una Euskal Etxea.
- Casi desde el principio busqué a otros vascos. Primero en Internet, si había Euskal Etxeas en la zona. Lo cierto es que hay mucho apellido vasco, nombres de calles… Hace unos meses, descubrí que en San Martín de los Andes, en la provincia de Neuquén, pero a cinco horas de aquí, habían iniciado una. Me puse en contacto con ellos, que me invitaron a participan en alguna de sus fiestas y me pasaron los nombres de algunos parientes de acá y de otras personas, con los que empezamos a mover el tema. A todo esto, yo abrí una cuenta en Facebook a nombre de Euskal Etxea de Neuquén, para aglutinar a los interesados. Y en eso estamos: hicimos una primera reunión el día 5 de este mes, animados por tu visita a Neuquén, y posteriormente hemos convocado otras dos. La idea es realizar la primera convocatoria pública, una cena, antes de las vacaciones de verano, que aquí comienzan a fines de diciembre o principio de enero.
Creo que en lo alto de su casa tiene puesta la bandera del Athletic y la ikurriña
- (Se le iluminan los ojos) En mi casa los partidos del Athletic son sagrados. Llevo más de dos años sin ir a Euskadi y no conozco aún el campo nuevo. En casa coloqué, efectivamente, un tubo largo con una bandera del Athletic y una ikurriña y se me han ido deshilachando, porque el viento pega fuerte, pero ya he conseguido banderas nuevas. Veo los partidos por un canal de cable, sea cual sea la hora a la que jueguen. Lo llevo muy dentro y me da vida. Espero que con la Euskal Etxea se incorporen también otros athleticzales. Sería fenomenal poder compartir esos momentos y ver los partidos juntos.
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