Los hombres que se han declarado en huelga de hambre se cosieron la boca en señal de protesta, según ha informado Stela Nanu, la responsable de ACNUR (Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados) en Eidomeni, la localidad griega situada en la frontera.

Una fuente del Ministerio del Interior griego ha asegurado que, si bien la situación “está relativamente calmada, todavía hay unas 1.000 personas esperando para cruzar la frontera”.

Un grupo de manifestantes se ha plantado frente a los policías, que vigilan la ciudad macedonia de Gevgelija, cercana al principal cruce fronterizo, para exigir que les dejen continuar hacia Serbia.

Otros han bloqueado las vías del tren que conecta Grecia con Macedonia, algo que había ocurrido el pasado sábado, cuando al menos 2.000 personas se concentraron en las líneas de ferrocarril para cortar la circulación de convoyes de pasajeros y mercancías.

El ministro griego de Migración, Yanis Muzalas, ha afirmado que el problema comenzó en Eslovenia y “hubo un efecto dominó”. Tras una visita a Eidomeni, Muzalas sostuvo que el Gobierno tiene un plan que prevé posibilitar la movilización de los denominados migrantes económicos “hacia el sur para desbloquear la región”.

Alrededor de 100 personas han regresado a Atenas y otras 50 esperan el autobús en la frontera, según la responsable de ACNUR, quien añadió que estos grupos serán recibidos en los tres campamentos de acogida dispuestos en la capital griega.

Nanu ha señalado que hay disponibles únicamente 1.000 plazas en los centros que se han destinado para albergar solamente a los solicitantes de asilo y a los niños que viajan sin acompañante.