BILBAO
La asociación Askabide, que trabaja
por la integración social de las
mujeres que ejercen la prostitución,
denunció ayer que este colectivo es
«especialmente vulnerable» a todo
tipo de violencias «por la inseguridad
y desprotección» en la que desarrolla
su trabajo.
«Se trata de una actividad socialmente
repudiada, a la que muchas
veces se une la irregularidad
administrativa, lo que las sitúa en
una infra-categoría en la que se les
culpa y responsabiliza de todos los
problemas que padecen, incluida
la violencia», explicó Askabide en
un comunicado difundido ayer con
motivo de celebrarse su treinta
aniversario.A este escenario, que
hace «invisibles» a estas mujeres ,
se suma la creciente dificultad de
identificar los establecimientos en
los que se ejerce dicha actividad,
muchas veces en pisos en régimen
de alquiler de habitaciones, y los
contactos con los clientes, en los
últimos años a través de internet.
Askabide destacó también la
transformación que ha vivido la
prostitución ya que los tradicionales
locales de alterne conviven con
clubes en pabellones industriales
y con pisos en comunidades de
vecinos. También han variado las
características de las personas
que integran este colectivo, ya que
hace treinta años la mayoría de
las mujeres eran nacionales y a
día de hoy prácticamente el 90 por
ciento son inmigrantes .
Más del 60 por ciento de estas
personas proceden de países latinoamericanos
como Brasil, Colombia,
República Dominicana o
Paraguay. Las europeas vienen en
mayor medida de la zona este del
viejo continente, principalmente
de Rumanía y Rusia. En la actualidad,
el colectivo procedente de
España es minoritario pero va aumentado
paulatinamente, sobre
todo en pisos. Las mujeres que
proceden de África son originarias,
en su mayoría, de Guinea
Ecuatorial, Nigeria y Marruecos.