Dos de los terroristas que tomaron parte en los atentados que el 13 de noviembre sacudieron París entraron por Europa a través de Grecia, donde fueron registrados el 3 de octubre, utilizando seguramente pasaportes falsos y haciéndose pasar con probabilidad por refugiados sirios.

Lo anunciaba ayer la Fiscalía General de la República Francesa, poco después de que el ministro del Interior galo, tras reunirse en Bruselas con sus homólogos europeos, prometiera una revisión de la normativa de fronteras de la zona Schengen antes de fin de año. Una revisión para evitar que, como ha ocurrido con varios de los responsables de los atentados de París, personas consideradas potenciales yihadistas puedan moverse a sus anchas por Europa sin que las autoridades de los países afectados sean siquiera informadas.

La prueba está en Salah Abdeslam, el octavo terrorista de los atentados de París, el único que queda vivo, que escapó de Francia por la frontera belga la mañana después de los ataques. Según medios belgas, incluido Het Laatste Nieuws, este terrorista, de 26 años, residente en Bélgica y sobre el que pesa una orden de busca y captura internacional, habría sido visto el jueves en Anderlecht, localidad próxima a Bruselas.

Los investigadores franceses han informado a las policías europeas de que podría haber cambiado su aspecto y usar el nombre de Yassine Baghli. Fuentes antiterroristas españolas indican que su nuevo look incluiría gafas de patilla negra y un gorro estilo rapero.

Además, y según publica el rotativo La Libre Belgique, Salah Abdeslam fue visto en octubre en varios locales gays de Bruselas junto a su hermano Brahim –uno de los yihadistas que participó en la matanza de la sala de conciertos Bataclan y luego se voló por lo aires–, seguramente para robar carteras y hacerse con un carné de identidad. En Bélgica (como en España), los carnés de identidad llevan un chip electrónico muy difícil de falsificar y, según el periódico, en esos locales resulta fácil robarlos. De hecho, en ese periodo se denunciaron varios robos de carteras en locales de homosexuales.

Y otra novedad que ayer salió a la luz: París acababa de sufrir los peores atentados terroristas de su Historia y Abdelhamid Abaaoud, el cerebro de esos ataques, entró tan tranquilo en el metro de la capital francesa. Las cámaras de la estación de Croix-de-Chavaux, en la Línea 9, recogieron su imagen, desatando las sospechas de que, además de haber planeado los tiroteos en cadena, también habría participado en los mismos. La estación donde fue filmado a las 22.10 horas, 10 minutos después de que concluyeran los ataques, se encuentra a sólo 200 metros del lugar donde fue hallado un Seat negro con varios kalashnikov dentro utilizado por los yihadistas para desplazarse de uno de los lugares de un atentado al otro.

Por otra parte, la fiscalía francesa informo ayer de que Hasna Aitboulahcen, prima de Abaaoud, la mujer que murió en el asalto del miércoles al piso de Saint Denis y que en principio había sido considerada una kamikaze, no se inmoló. Tanto ella como su primo, la mente detrás de los ataques, murieron probablemente acribillados por las balas o granadas lanzadas por la policía. Sin embargo, las autoridades francesas han informado de otro terrorista muerto en esa operación y que, este sí, era un kamikaze que se voló por los aires.