Esperanza congelada en el Ártico
Noruega impulsa una ley que devolverá a Rusia a los refugiados que surcan esta ruta en bicicleta
El Mundo, , 23-11-2015El sueño de muchos refugiados de llegar a Europa por el Círculo Polar Ártico se congela. Este verano, el drama de Siria encontró una vía de escape por encima de la latitud 66º. Cientos de refugiados llegaron a Noruega por su única frontera con Rusia, la de Storskog. Lo hacían en bicicleta porque, según el acuerdo fronterizo entre ambos países, está prohibido hacerlo a pie. Frente a la tragedia del Mediterráneo, la epopeya del Ártico: una ruta más larga, pero más segura y más barata.
Pero las bicicletas son para el verano, advierte Oslo. Las temperaturas ya bajan de cero y la nieve tapiza desde hace semanas esta frontera remota de 196 kilómetros. Aun así, el flujo de refugiados –entre los 200 y el centenar diarios– continúa, frente a la decena registrada en todo 2014, y a los «dos o tres» del año anterior.
«Nos preocupa que la gente muera. Allí las temperaturas bajan a 20 bajo cero en una sola noche, hay tormentas de nieve y una bicicleta no es lo mejor para enfrentarse a una de ellas. Los refugiados han visto esta ruta como segura pero puede ser extremadamente peligrosa, más incluso que cruzar el Mediterráneo», advirtió recientemente el secretario de Estado de Justicia noruego Jørnan Kallmyr, del Partido del Progreso, la formación política caracterizada por su discurso antiinmigración que gobierna con el Partido Conservador.
El alcalde de Soer-Varanger, Rune Rafaelsen, visitó la semana pasada la localidad rusa de Nikel, la más próxima a la frontera y donde los refugiados aguardan para alcanzar el sueño europeo: «Vi a gente llorando, vi niños, bebés», le contó a Reuters.
La primera ministra noruega, Erna Solberg, explicó sus planes en la televisión pública NKR: «Queremos introducir un sistema en el que tengamos autoridad legal para rechazar solicitudes de quien haya residido en Rusia, y devolverlos rápidamente».
El mensaje de Kallmyr es claro: «Rusia es país seguro, no concedemos asilo a ningún ciudadano ruso, y así, a cualquiera que ya tenga permiso para residir en un país seguro, Noruega le negará la condición de refugiado», dijo. Para sentenciar: «Y eso incluye, según la ley noruega, al que tenga un visado de tránsito».
Un traficante de personas en Rusia relató su historia bajo anonimato al blog ruso Bloger51, según The Independent Barents Observer. Según él, el precio de la ruta ronda los 2.500 dólares, vuelo hasta Murmansk incluidos, con escala en Beirut y Moscú. La bicicleta, muchas veces infantil, cuesta de 200 a 400 dólares.
Al principio «eran sirios con dinero y edad militar», ahora la mayoría son afganos, y muchos –unos 2.500– portan un documento que acredita que han sido expulsados de Rusia. «En ese caso, podemos deportarlos a Kabul», sentencia Kallmyr.
Ésta es una de las 15 medidas propuestas por el Gobierno noruego, que además desviará parte de su ayuda al desarrollo en África para atender a los 30.000 refugiados previstos este año.
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