28ª edición de la carrera popular
“Hay picaresca en las ayudas sociales, pero no tan importante como en las facturas con y sin IVA”
Para Iñigo Pombo, concejal de Políticas Sociales en el Ayuntamiento de Bilbao, “es demoledor cuando estás intentando hacer las cosas bien y te encuentras con un pícaro que te la está metiendo”
Deia, , 22-11-2015BILBAO – Filósofo y pedagogo, Iñigo Pombo, concejal de Políticas Sociales del Ayuntamiento de Bilbao, es un hombre de carácter templado y convicciones férreas. El poso de toda una vida tratando con los problemas de la sociedad le ha convertido en una persona comprensiva y tolerante con las injusticias pero sobre todo respetuosa con el diferente porque al final, “lo normal en las personas es ser diferentes, no homogéneos”.
Usted ha pasado por tres niveles institucionales de atención a los más desfavorecidos ¿Cómo se ve desde cada uno de ellos?
- He pasado por las tres instituciones y también por el tercer sector. He estado en Gorabide y en Aspace. Pero, a pesar de que el universo de los servicios sociales es el mismo, la dimensión que tiene el Gobierno, donde básicamente planificas para que hagan otros; la Diputación, donde las personas vienen diagnosticadas, o el Ayuntamiento, que es un nivel primario donde viene todo virgen, son diferentes. Un amigo mío suele decir, haciendo un paralelismo con la sanidad, que el Ayuntamiento sería las urgencias y la Diputación es ya la planta.
Y desde la calle. ¿Ha pasado usted por la calle?
- Bueno he estado en el tercer sector y entonces era una situación dura porque no había prácticamente desarrollo autonómico y todo se decidía en Madrid. Ví que una de las virtudes de nuestro sistema es que el núcleo del problema está al lado del núcleo de decisiones. Es decir, si tu vecina tiene un problema con una colonia para discapacitados intelectuales sabe que el responsable eres tu. En Madrid te marean de un ministerio a otro. Digamos que aquí el que toma las decisiones tiene muchas menos posibilidades de no ser franco y sincero con la gente que te lo demanda, porque se sabe que detrás de ti no hay nadie.
¿Se da una respuesta a todas las necesidades o solo a los recuperables?
- Yo creo que sería una gozada que todo el mundo estuviera atendido, pero no es así, hay necesidades sin atender. Hay dos tendencias claras. Una es pedir algo a cambio: yo te doy a ti, si has hecho esfuerzos por integrarte; si trabajas por ser mejor, por tener un nivel de vida mejor. Otros dicen: solo por ser persona ya tienes derecho a ser atendido, a encontrar un eco social a tu problemática. Yo estoy más cerca de lo segundo. Creo que no podemos plantear que todo el mundo es empleable, porque no lo es. No se le ayuda solo al que hace méritos, se les ayuda a todos.
Pero hay quien critica que la gente se acomoda en las prestaciones sociales porque no necesita más para vivir. ¿Es legítimo vivir de los demás?
- Vivir a costa de los demás no es legítimo. Hay que vivir acorde con tu dignidad personal. Aquí en servicios sociales había una cosa que se llamaba el efecto Mateo: al que tiene se le dará y al que no tiene lo que tiene se le quitará. Se refiere a que hay verdaderos profesionales de los servicios sociales que saben moverse y buscar todos los vericuetos. Creo que ni una cosa ni la otra. Hay que enseñar a las personas que no pueden estar siempre esperando, que tienen que aportar, pero que tampoco esa aportación sea lo que le haga merecedor de una ayuda. Si tu vas a Sanidad con un problema de pulmón no te preguntan si eres fumador o no. Puede que lo hagan para hacerte la ficha, pero no es condición para atenderte o no.
Pero hay mucha picaresca. Nosotros mismos hemos sacado recientemente el caso de un joven que decía estar abandonado en la calle y no era así. ¿Cómo evitarlo?
- Evidentemente hay picaresca y casos en los que el que pide no tiene razón para pedir. Pero, en qué otros estamentos no se da esta picaresca, incluso multiplicado por mil. Nos fijamos precisamente en esta, pero están las facturas con IVA y sin IVA, los defraudadores de Hacienda, los que hacen pillerías para escaparse del fisco… Pues aquí seguro que también hay pero no tan significativo o con incidencia económica tan importante. Lo que pasa es que suele ser demoledor cuando estás intentando hacer las cosas bien y te encuentras con un pícaro que te la está metiendo.
¿El Ayuntamiento puede hacer más por la gente de la calle?
- Claro que sí, en servicios sociales persigues una cosa y cuando llegas el techo se convierte en suelo. Hemos avanzado mucho pero claro que queda mucho por hacer.
¿Por qué no se ha hecho?
- Hay problemas que no se conocen del todo. Cuando resuelves lo gordo aparecen otros problemas que no los conocías. Ahora, por ejemplo, estamos abordando la situación de desprotección del adulto. Gente de 45 o 50 años. No lo habíamos visto porque nos habíamos ocupado de temas más urgentes. Siempre vamos de lo urgente a lo importante, porque la sociedad va progresando y no podemos llegar a todo.
¿Que van a hacer con estos adultos?
- Muchas veces hay problemas de soledad patológica, accidentes biográficos, problemas mentales, gente que llega a los 40 años y no ha conseguido afianzar ninguna opción en su vida. Vamos a intentar mostrarles las salidas que deben perseguir.
¿Qué le parece la gente que diferencia entre las necesidades de los de aquí y los de fuera?
- Hay una frase que dice: las grandes cosas que te pasan en la vida son producto del azar, entre otras cosas el lugar donde naces y la familia en la que naces. ¿Qué derecho tengo para decir que por ser de aquí tengo opción a determinados bienes a los que otro no? El mundo es de todos y debe ser para todos.
Sé que usted utiliza mucho la palabra ‘aporafobia’. ¿Tenemos más miedo al pobre o al emigrante?
- Sin ninguna duda, al pobre. Soy un fan de esta palabra que utilizó Adela Cortina en un artículo. Decía que efectivamente el que repele es el pobre. Hay muchos ejemplos donde no rechazamos tanto al emigrante como al emigrante pobre. Es el que nos echa para atrás.
¿Cómo se puede organizar a través de un Ayuntamiento una convivencia multicultural, teniendo en cuenta que la diversidad no es solo religiosa, sino también de costumbres e incluso de alimentación?
- Los dirigentes tienen que tener convicciones muy firmes sobre la democracia. Si estamos convencidos de que tiene que haber espacio para todos, será más fácil. Luego, las situaciones concretas no sé cómo serán, pero creo que tenemos que buscar un punto de encuentro de todos, porque todos vamos a tener que convivir. Y habrá que decirles a unos que hagan una cosa y a otros que dejen de hacer otra. Tenemos que estar convencidos del derecho que tienen todas las personas a ser respetadas sus creencias y vivencias siempre que no pongan en peligro la situación de los demás.
Entre los objetivos del mandato está hacer un mapa de la diversidad, ¿en qué consiste?
- No sé exactamente qué quiere decir mapa de la diversidad, pero se tratará de conocer todas las personas que hay en la ciudad, sobre todo para comprender que lo normal en las personas es ser diferente. Lo que no es normal es ser homogéneos, uniformes. En cada ámbito compruebas la diversidad pero sobre todo eres persona y luego la diversidad es consustancial.
El papel lo aguanta todo y ese mapa aguantará toda la diversidad de Bilbao, pero luego está la convivencia. ¿Qué iniciativas concretas han funcionado y se pueden poner en práctica en esta ciudad?
- Muchas cosas. El salir fuera y ver lo que pasa en otros sitios es muy bueno para ver lo que funciona y no funciona. Cuando trataba de la integración escolar, el modelo era el italiano, porque sin apenas medios tenían claro que la diversidad forma parte de la comunidad educativa. Me parece muy importante fijarse en otros países. Y así como copiaría en modelos nórdicos la organización de los servicios sociales, igual tendría que repasar el papel de la familia y el entramado social.
Se habla de la educación como la gran medicina, pero después de años educando en la pluralidad y el respeto no parece que hayan cambiado tanto las cosas.
- Si por educación entendemos la institución escolar, no va a dar de sí. Si entendemos que la educación es en la escuela, en casa… veremos las cosas de diferente manera. Si no hay un cambio personal de valores difícilmente se podrán transmitir esos valores. Si en tu casa tus hijos, tu familia y tu entorno se pasan unas rayas rojas, se pasarán fuera también. La educación es muy importante pero no en la escuela únicamente.
Hay un programa de detección y prevención del absentismo escolar.
- Es obligatoria la escolarización en una determinada edad. Aquí tenemos un programa para detectar el absentismo escolar donde ponemos mucha ilusión y muchas ganas porque es muy importante en la vida de los niños ir a la escuela, no solo como elemento de instrucción sino también para socializarse. Todo eso sin confundir que no se debe penalizar la falta de escolarización penalizando a los niños. Hay que tener cuidado y tratar de que vayan a la escuela.
Decía el alcalde Azkuna que en Bilbao a nadie le falta comida y techo pero… ¿hay más familias en riesgo de exclusión?
- Es un tema complicado. Aquí tenemos un hecho diferencial que es la RGI que trata de evitar que la gente caiga en pobrezas más absolutas, pero no quita para que haya situaciones donde la gente lo pasa mal. El que quiera comer siempre va a tener sitio en Bilbao, pero hay familias que no tienen la percepción de que se sale de la crisis.
¿Cuántos pobres hay en Bilbao?
- El dato de la encuesta de pobreza hablaba del 9% de la población. Pero hay que mirar también qué quiere decir pobreza, porque hay muchos niveles. No es lo mismo ser pobre que no tener bienestar. Se habla de que es pobre el que está por debajo de la media de los ingresos de la población. Significaría ganar por debajo de los 613 euros.
Acaba de firmar un convenio con Iberdrola para dar respuesta a la pobreza energética. ¿Va la pobreza por sectores?
- A mí nunca me ha gustado poner apellidos a la pobreza: pobreza infantil, pobreza energética… Creo que hay una situación de pobreza que me hace pensar que muy posiblemente la gente que tiene dificultades en pagar la luz tendrá dificultades en otras cosas. Un teórico de estos asuntos me decía el otro día que se trata de significar, poner en valor que hay una pobreza energética, pues ese concepto lo aceptamos sin duda. El convenio con Iberdrola trata de que una vez se haya detectado una situación de falta de pago, esa persona puede ser una candidata para unas ayudas sociales. Se trata de que Iberdrola espere y podamos abrir un expediente para solucionar el problema sin que se le corte la energía.
¿Cuanta gente está pasando por esta situación?
- Es muy complejo saberlo. Pensamos que no es mucha la gente que tiene impagos de Iberdrola, pero sí que hay gente que pasa dificultades.
Decía usted el otro día que llegar a mayor no es malo, pero estar solo en la vejez es lo peor que te puede pasar.
- Puede que sea porque tengo 62 años y me estoy acercando a persona mayor, veo que esto no es malo. Si somos muchos los que llegamos a mayores, efectivamente se plantean problemas y entre ellos está la soledad y en esto tiene mucho que ver la configuración social y familiar. Antes no pasaba. Es un nuevo reto que tendremos que resolver con familias externas, programas de apoyo…
Se ha quejado usted de falta de información en la llegada de refugiados. ¿No hay esa coordinación de la que se presume entre los ayuntamientos y Gobierno vasco?
- Sí. El problema no es ese. El problema es que el Gobierno central no habla con el Gobierno vasco sino directamente con dos organizaciones: CEAR y Cruz Roja. Lo lógico sería que el Gobierno central hablara con el Gobierno vasco y las comunidades y que cada administración ponga en marcha sus recursos. Con el Gobierno vasco y con los ayuntamientos funcionamos muy bien, y si nos dejan, también con el Gobierno central, pero el tema está mal en origen, porque se hace esta acogida a través de ONG.
¿Está preparado Bilbao para acoger a los refugiados?
- A nivel de recursos asistenciales estamos preparados; lo que tiene que estar preparado es el cuerpo social. La sociedad tiene que estar dispuesta a entender que van a venir personas con otras costumbres, religiones gustos… que van a convivir con nosotros y que al principio va a haber que ayudarles. Eso quiere decir darles de lo nuestro para que puedan vivir y eso está en el tuétano de las personas. Esto se tiene que entender con normalidad y creo que la sociedad bilbaina lo va a hacer. No es lo que más nos preocupa.
¿Qué es lo que más les preocupa?
- El número, porque las imágenes de la cantidad gente que se encuentra en esa situación, me estremecen. Que vengan 800.000 personas a Euskadi ya lo solucionaremos pero hay millones de refugiados.
¿Cuál es la situación más crítica que ha vivido en este tiempo?
- Me impresionan mucho las familias que tienen algún hijo con problemas de agresividad. Personas con psicosis infantiles donde la convivencia en casa es muy difícil. Me parecen situaciones durísimas. Llegar casa y estar en una situación familiar con un hijo que se autoagrede sin ser consciente es muy duro.
Proviene de una familia acomodada, ¿cómo llega a los servicios sociales?
- Mi padre era ingeniero industrial, éramos nueve hermanos, pero en aquella época no era anormal. Empecé siendo voluntario de Gorabide. Poco a a poco me fui introduciendo en este mundo y luego tuve la suerte de tener amigos que te ayudan y te sitúan las cosas en su punto. No tengo mucho mérito.
¿Es de los que da limosna?
- Nunca doy limosna, porque pienso que hay una estructura establecida para atender estas situaciones y no sé si ese dinero va a fomentar más la mendicidad. Yo doy dinero a Cáritas, a la iglesia y a las ONG que me merecen confianza.
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