Cerco policial en torno al ‘Emir Blanco’

En la ‘escuela’ de yihadistas de Olivier Corel se formaron Mohamed Merah y sus hermanos

El Mundo, MARÍA D. VALDERRAMA PARÍS, 19-11-2015

«Demasiadas historias circulan por ahí sobre nosotros, escriban lo que quieran». Así se pronunciaba la mujer de Olivier Corel, más conocido como el Emir Blanco, allá por 2012 cuando ambos volvían a estar en el ojo del huracán. El estado de emergencia instaurado en Francia permitió a las autoridades volver a Artigat, al sur de Francia, para tratar de desmantelar una estructura salafista en torno a este profesor de yihadistas.

Los registros no tenían relación directa con los ataques del 13-N, pero la policía quiere acabar con las redes de captación de terroristas y Corel es uno de los principales sospechosos y, al mismo tiempo, un gran misterio para las autoridades. La voz de Fabien Clain, pilar del movimiento salafista en Toulouse, fue identificada en la reivindicación de los ataques, y los investigadores saben que frecuentaba el entorno del Emir Blanco.

Corel, franco-sirio de 69 años, es objeto de investigaciones y detenciones desde 2003, aunque su trabajo como captador de jóvenes empezó posiblemente mucho antes. En 1987 fundó en Artigat una comunidad islámica donde impartía clases de religión y de geopolítica de Oriente Próximo. Allí acudió años más tarde Mohamed Merah, que acabó con la vida de siete personas en marzo de 2012, entre ellas tres niños, en una escuela judía cercana a Toulouse.

Merah y sus hermanos pasaron por la escuela de Corel, cuyas enseñanzas les motivaron incluso para formarse en las filas de Al Qaeda en países como Afganistán o Pakistán. Muchos de los miembros de esta escuela de terroristas, entre ellos menores de edad, fueron detenidos entre 2009 y 2012 por su participación en una yihad armada, pero Corel, el Emir Blanco, siempre se ha librado de la prisión. Las pruebas nunca son suficientes aunque las voces que lo señalan son múltiples.

«No es ejecutor porque es muy astuto, pero estoy convencido de que él está en el centro de la red», asegura Jean-Louis Bruguière, juez, ahora jubilado, que se encargó de desmantelar la filial salafista imputando a Olivier Corel. «Corel se ocupaba de la formación religiosa de jóvenes que encontraba en la Mezquita de Bellefontaine, en Toulouse. Chicos perdidos o matones que empujaba a la yihad», explica Bruguière en el diario regional Sud-Ouest.

Corel compró un humilde terreno en la zona en 1991 donde construyó la casa en la que vive junto a Nadia, su mujer, con la que no ha tenido hijos, que muchos señalan como la auténtica guía espiritual del hogar. En estos años, una decena de familias de esta comunidad salafista, algunos incluso convertidos por él, se ha instalado en el terreno para sorpresa de los vecinos de este pueblo de 600 habitantes, que reconocen que las casas en torno a Corel crecieron «como champiñones».

Durante años, musulmanes practicantes llegados de Toulouse construyeron sus propias casas, de apariencia inacabada con paredes de cemento o de ladrillo. La colonia, como la describen los vecinos, es discreta y su gente nunca da problemas.

Cuando en 2007 la policía detuvo a Olivier y Nadia por primera vez, los habitantes de Artigat se mostraron muy sorprendidos. El único motivo por el que salían de su hogar era para trámites indispensables, como ir a Correos o al Ayuntamiento. A él lo describen como un hombre tranquilo pero inteligente, al que a menudo se le ve cerca de su casa cortando leña.

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