El obispo de San Sebastián también cree que «existe una estrategia de infiltración del yihadismo en Europa a través de los refugiados». José Ignacio Munilla mantuvo ayer esta tesis durante el programa ‘Sexto Continente’, que conduce en Radio María, tras haberla avanzado en Twitter el fin de semana. El prelado había salido en defensa del cardenal Cañizares, que fue criticado con dureza por preguntarse días atrás «si es trigo limpio todo lo que viene», en referencia a la oleada de inmigrantes que llega a Europa, tras localizarse un pasaporte de ese colectivo entre los terroristas de París.

Munilla recordó que su aviso no es nuevo, en alusión al arzobispo de Mosul que ya realizó hace tiempo esta advertencia. Más recientemente, en España, fue el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz quien alertó de que los servicios de inteligencia temían que los yihadistas se camuflaran entre los refugiados. Le secundó Javier Maroto, exalcalde de Vitoria y vicesecretario de Política Sectorial del PP, quien declaró que entre los refugiados «hay muchos yihadistas que pueden poner bombas en nuestras ciudades». Luego se retractó tras ser desautorizado por La Moncloa.

El propio Papa Francisco reconoció en una entrevista que puede haber un peligro de infiltración, si bien a continuación señaló que hay que acogerles «tal como vienen». Munilla sostiene que la realidad no es blanca ni negra. «Ni xenofobia a los inmigrantes, ni dejación ante la amenaza yihadista», escribió en las redes sociales. El prelado defiende que el deber moral de la acogida, que en el caso de los cristianos tiene que tener «un plus» de generosidad, «no supone hacer dejación de nuestras obligaciones para que el yihadismo no pueda servirse de ello».

En su reflexión radiofónica, el obispo donostiarra aseguró que «el despropósito geoestratégico de Occidente», cuando Estados Unidos invadió Irak – «España cometió el error de secundar aquella guerra» – , es lo que ha servido «como caldo de cultivo de un fundamentalismo islámico que antes no existía». El prelado considera que no se contó con el factor religioso y que EE UU se ha quedado «sin autoridad moral» para intervenir ahora.

Munilla, como Cañizares, apela a las raíces cristianas de Occidente. «Los yihadistas se confrontan con una Europa que ha perdido su alma cristiana. Se presentan como una alternativa ante un Occidente que tiene sus días contados, con una debilidad muy grande en su identidad. Corremos el riesgo de ser fagocitados», advirtió.