Caza al octavo terrorista

El Mundo, I. H. VELASCO P. R. SUANZES PARÍS BRUSELAS ENVIADA ESPECIAL CORRESPONSAL, 16-11-2015

Tiene 26 años, cumplidos el 15 de septiembre, y los ojos de color marrón. Mide 1,75 metros y es de complexión normal. Se llama Abdelslam Salah, nació en Bruselas aunque tiene nacionalidad francesa y en estos momentos es el hombre más buscado de Europa.

La policía francesa ha dictado una orden de búsqueda y captura internacional contra él, ya que considera que habría sido uno de los terroristas, el octavo, en tomar parte en los atentados que el pasado viernes por la noche sacudieron varios puntos de París dejando al menos 129 muertos. El propio ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, se refería anoche explícitamente a él como el «octavo terrorista».

Según fuentes de la seguridad francesa, Abdelslam Salah participó junto a dos hermanos suyos en la cadena de ataques en la capital francesa. Ibrahim, el primer hermano Salah, habría sido uno de los tres terroristas que participaron en el atentado contra la sala de conciertos Bataclan, siendo uno de los dos yihadistas que se hicieron saltar por los aires tras asesinar a 89 personas (el tercero fue abatido por la policía).

Un segundo hermano también está implicado en los atentados –aunque no ha trascendido en qué modo– y fue detenido ayer por la mañana en Bruselas. El tercero es Abdelslam Salah, sospechoso de haber participado también él en los atentados y contra quien se ha desatado una auténtica cacería a nivel internacional. De hecho se ha constituido un equipo de investigadores franco-belga para indagar en la conexión entre Bruselas y París que según todos los indicios se oculta estos atentados. Las fuerzas de seguridad francesas enviaron una notificación a los países fronterizos, entre ellos España, para que se mantengan alerta. Hollande pretende prolongar el estado de emergencia durante tres meses.

La alerta sobre la posible existencia de un octavo terrorista que participó en los atentados de París y que escapó comenzó a fraguarse a raíz de que el IS reivindicara los ataques en un comunicado en el que hablaba de «ocho hermanos» que habían «atacado con precisión objetivos en el corazón de la capital francesa».

Sin embargo, a las autoridades francesas –que ayer lanzaron un masivo bombardeo sobre la ciudad siria de Raqqa, bastión del IS, informa Lluís Miquel Hurtado– en las cuentas sólo les salían siete terroristas. Todos ellos muertos (seis en plan kamikaze, haciendo estallar los explosivos que llevaban y el séptimo abatido por la Policía en la sala Bataclan). Pero la prueba más rotunda de la existencia del octavo terrorista se materializaba al encontrarse el segundo de los dos vehículos empleados por los tres grupos de terroristas para moverse por el macabro circuito de bares y restaurantes donde llevaron a cabo sus tiroteos.

El primero de los coches, un Volkswagen Polo, fue hallado a las puertas de la sala de conciertos Bataclan. Ese automóvil fue alquilado en Bruselas, por lo que la pista ya llevaba directamente a Bélgica. Pero ha sido el segundo coche, un Seat Leon también de color negro y alquilado en Bruselas la semana pasada, el que ha dejado palmariamente claro la existencia de un octavo terrorista vivo que consiguió eludir a las fuerzas de seguridad. El vehículo fue localizado ayer en la localidad de Montreuil, próxima a París, con tres rifles de asalto kalashnikovs en su interior, tres cargadores llenos y 11 vacíos y numerosas huellas dactilares.

El coche fue usado por el equipo de terroristas que a eso de las 21.30 horas del viernes abrieron fuego contra el café Bonne Biere y que pocos minutos después se liaron a tiros en el Belle Equipe de Rue de Charonne, dándose a la fuga después de dejar 39 cadáveres en el suelo.

El tercer equipo de terroristas actuó sólo en el Estadio a las afueras de París donde se disputaba el partido de fútbol entre Francia y Alemania, por lo que no necesitaron un coche para moverse de una a otra localización. Los tres hermanos Salah son de nacionalidad gala (aunque nacidos en Bélgica).

La orden de arresto internacional emitida contra Abdelslam Salah dice explícitamente que desde febrero estaba sometido a vigilancia discreta. Según el ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, estaríamos ante una «nueva modalidad» de terrorismo que se planificaría en Siria, cuyos autores serían reclutados en Bélgica y que se cometería en Francia. Según la reconstrucción de lo sucedido en la que trabaja el equipo franco-belga, tras los atentados Abdelslam Salah puso rumbo a Montreuil. Allí, unos cómplices le habrían recogido para conducirle de vuelta a Bélgica. De hecho, la fiscalía belga ha informado de que el sábado un vehículo con dos o tres personas a bordo fue detenido en un control de carretera, junto a Cambrai, a las 09.10 horas en ruta hacia Bruselas.

Los ocupantes, entre los que se encontraba Salah, fueron identificados, pero al no tener antecedentes ni haber una orden de busca y captura contra ellos se les permitió seguir. Sin embargo, horas después, al cruzar datos y comprobar que el conductor figuraba como uno de los que alquiló el Polo usado en París, se movilizó a los agentes que registraron varios domicilios en el barrio de Molenbeek en Bruselas y que incautaron el coche. En total, la policía belga ha arrestado a siete personas sospechosas de estar vinculadas con los atentados de París, una ciudad que ayer revivía el pánico por falsas alarmas.

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