El viejo y pesado protocolo de control al que los vascos se sometían en Biriatou cuando las fronteras eran fronteras se puede repetir a partir de hoy. El imponente pose de la gendarmería al otro lado del peaje y el chequeo de la documentación identificativa que tanto ralentizaba la travesía de la muga habían pasado ya a la historia en la Europa de la libre circulación. Sin embargo, Francia ha decidido suspender los acuerdos de Schengen y restablecer los controles en todas sus fronteras argumentando un elevado nivel de alerta por amenaza yihadista ante la proximidad de la Cumbre del Clima que tendrá lugar en París el 30 de noviembre. Acudirán a la cita 10.000 representantes de 196 países, incluidos varios jefes de Estado y de Gobierno y 20.000 observadores de organismos internacionales.

Los países de la zona Schengen tienen permitido restablecer ese tipo de controles de forma excepcional por cumbres de líderes, aunque esta vez lo llamativo ha sido el periodo de tiempo que abarca la medida: desde hoy hasta el 13 de diciembre. Un mes completo. Las fuerzas de seguridad fronterizas podrán controlar sistemáticamente o aleatoriamente los pasaportes de quienes accedan a territorio francés. Del grado de exhaustividad con el que quieran aplicar la inspección dependerá, en gran medida, que surjan complicaciones en el tráfico que se dirige de Euskadi a Iparralde. Se estima que unos 10.000 vehículos atraviesan a diario este paso, volumen que aumenta en días festivos y periodos vacacionales.

Refuerzo de la Ertzaintza

Fuentes de la dirección de Tráfico del Departamento vasco de Seguridad subrayan, precisamente, que «estamos hablando de un mes de suspensión del espacio Schengen y en este intervalo hay situaciones diferentes: días laborales, fines de semana, puente de la Constitución…». Añaden que «la Ertzaintza, en función de las previsiones, está en condiciones de facilitar el tráfico en la frontera, reforzando para ello, cuando sea necesario, el número de patrullas y facilitando, en su caso, que el titular de la vía haga la señalización correspondiente».

Por su parte, fuentes de la embajada francesa de Madrid han destacado que «esta decisión implica que los que viajan a Francia pueden ser sometidos a unos controles de identidad en el momento de su entrada en el territorio francés, aunque esta posibilidad siempre existe de todas formas, ya sea en las fronteras internas del espacio Schengen o en todo el territorio». Concluyen que los integrantes de los vehículos «deben llevar un documento de identidad, ya sea DNI o pasaporte». La embajada francesa también advierte de que «los transportistas de viajeros deberán informar a sus pasajeros de dichas disposiciones».