WASHINGTON – Los candidatos republicanos a la Casa Blanca volvieron a salir a escena en un nuevo debate televisado, que John Kasich y Jeb Bush aprovecharon para desmarcarse de las propuestas migratorias del magnate Donald Trump, quien insistió en su plan de erigir un muro en la frontera con México y deportar a todos los indocumentados si llega a la Presidencia de Estados Unidos.

El debate, que en un primer momento se centró en el ámbito económico, dio un giro hacia el tema de la inmigración – uno de los más recurrentes durante toda la campaña electoral – al ser preguntado el propio Trump sobre su opinión acerca del bloqueo por parte de un tribunal de apelaciones de las reformas migratorias que trata de impulsar el presidente estadounidense, Barack Obama.

“Estaba muy feliz ayer cuando me enteré de la decisión. Fue increíble, un gran día para ser franco, porque tenemos que parar la inmigración ilegal”, agregó Trump, que reiteró su intención de deportar a los once millones de indocumentados en Estados Unidos, una medida que Kasich y Bush califican como “inmadura” e “imposible”.

“Echar a once millones de personas… Todos sabemos que no los podemos detener y poner al otro lado de la frontera. Eso es una tontería”, dijo Kasich, gobernador de Ohio. Bush, por su parte, señaló que, además de ser imposible en la práctica, “es una medida que no refleja los valores estadounidenses”.

En este cuarto debate republicano, celebrado en la ciudad de Milwaukee (Wisconsin) y transmitido por la cadena Fox Business Network, también participaron el cirujano retirado Ben Carson, que parte como favorito en las encuestas, los senadores Marco Rubio, Ted Cruz y Rand Paul, y la exdirectiva Carly Fiorina. – E.P.