Merkel cierra la puerta
El Periodico, , 12-11-2015Duro golpe para los refugiados sirios. Ayer, Alemania volvió a restablecer la Convención de Dublín para intentar reducir el número de llegadas de refugiados de Siria y forzar a los nuevos exiliados a pedir asilo en el primer país de la Unión Europea (UE) al que lleguen. Como ya avanzó el martes el ministro del Interior, Thomas de Maizière, Berlín volverá a aplicar los controles en las fronteras, un importante giro en las políticas aperturistas seguidas hasta ahora.
La decisión de la cancillera Angela Merkel supone un retorno a la legalidad jurídica de Schengen y de la normativa de libre circulación europea. A mediados de agosto la cancillera suspendió la aplicación de la Convención de Dublín para facilitar la entrada de refugiados sirios, lo que justificó por «razones humanitarias».
«La acción de Alemania pudo entenderse como un gesto valiente para defender los derechos humanos pero perdía legitimidad para criticar a los otros estados que tampoco cumplían con la normativa», dice Gemma Pinyol, investigadora en migración de la Universitat Pompeu Fabra.
La medida no se aplicará en Grecia, desbordada al ser el principal puerto de entrada a Europa de los refugiados. Las autoridades alemanas también estudiarán la «posibilidad» de enviar a los recién llegados a otros países de la UE.
Desde que se acentuó la crisis migratoria, la cancillera se había mostrado como la líder de la Unión Europa en ayudar a los refugiados. No obstante, ante el incesante alud de personas, la falta de colaboración de otros estados del continente para asumir cuotas y la creciente presión de la derecha, Merkel se ha visto obligada a rectificar. El propio Maizière había pedido cambios recientemente a la cancillera, tras ser criticado por su gestión del asunto. Las exigencias de los länder, los diversos estados que forman Alemania y que pedían nuevas ayudas y la reubicación de los refugiados, han contribuido a la adopción de unas medidas más contundentes. Además, el Gobierno veía con preocupación un aumento de popularidad de grupos de ultraderecha.
Contentar a aliados
La decisión de restablecer unas políticas más duras para frenar la llegada de refugiados ha evidenciado una vez más las discrepancias dentro del Gobierno federal en materia de migración. La medida se entiende como un gesto de Merkel para calmar a las bases más conservadoras de su electorado y especialmente al sector crítico de los democristianos de Baviera (CSU), aliados de la coalición de Gobierno y partido hermano de la CDU.
La ministra del Interior de Austria, Johanna Mikl – Leitner, celebró la decisión de Berlín. «Es el punto de inflexión de la cultura de acogida ilimitada y el regreso a una cultura de la razón y del sentido de la proporción», aseguró.
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