Órdago de Cameron a la UE

El primer ministro británico anuncia hoy la lista de «exigencias» para permanecer en la Unión Europea Advierte a Bruselas de que su intención es convocar un referéndum en junio de 2016

El Mundo, CARLOS FRESNEDA LONDRES CORRESPONSAL, 10-11-2015

David Cameron lanzará hoy su órdago a Bruselas, con cuatro demandas muy concretas sobre la mesa y con la intención de convocar el referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea en junio de 2016. En el discurso que marcará el pistoletazo de salida de la campaña, el premier mostrará sus cartas en el tono más amenazante usado hasta la fecha y advertirá que no descarta ninguna opción, incluida el Brexit (como se conoce popularmente la salida de la UE).

«El Reino Unido podría sobrevivir fuera de la Unión Europea», declaró ayer con anticipo, en la reunión anual de la patronal británica (CBI). «Somos la quinta potencia económica mundial… La cuestión no es si sobreviviríamos o no. Lo que tenemos que decidir es si estaríamos mejor dentro o fuera», dijo. «Si el Reino Unido se marcha de la UE, se quedaría varado en mitad del Océano Atlántico y supondría el fin para su industria de servicios financieros», advirtió sin embargo a Cameron el primer ministro holandés, Mark Rutte. Enda Kenny se sumó también a las advertencias a su paso por Londres y aseguró que la salida de la UE abriría una grieta entre las dos Irlandas y pondría en peligro el proceso de paz en el Ulster.

Cameron recalcó anunciará en cualquier caso hoy la lista completa de «exigencias», detallada en una carta dirigida al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y explicada simultáneamente al común de los británicos en cuatro puntos, como si fuera una partida de póker…

INMIGRACIÓN. El Gobierno británico aspira a que se reconozca su derecho a negar la asistencia social a los inmigrantes de la UE durante sus primeros cuatro años de estancia en el país. El titular de Foreign Office reconoce que es uno de los puntos más complejos, pues requerirá el compromiso de introducir cambios legales y modificar en el futuro los tratados de la Unión.

‘EXCEPCIÓN’. Un reconocimiento tácito de la excepción del Reino Unido ante cualquier movimiento de la UE para crear «una mayor integración o un superestado». El premier reclama también que se reconozca explícitamente la UE como una unión con «múltiples divisas» y que el euro no sea designada como moneda oficial.

LA CITY Y EL EURO. Una reestructuración del bloque de los 28 para evitar que los nueve estados fuera de la zona euro sean dominados por los 19, con una protección especial para la City de Londres por su condición de principal centro financiero de Europa.

COMPETENCIAS. Un nuevo sistema de transferencia de competencias de Bruselas a Londres y otras capitales políticas europeas, para dar más poderes a los grupos parlamentarios en cada país a la hora de poder aprobar o bloquear directivas europeas.

Estas cuatro cartas serán la gran baza de Cameron, que ayer advirtió que va «absolutamente en serio» sobre la necesidad de reformar la UE y recordó que no siente un «vínculo emocional» con Europa. Aún así, reiteró su voluntad de participar «vigorosamente» en la campaña por la permanencia si Bruselas atiende sus demandas y no hace «oídos sordos»

Su discurso fue interrumpido por dos jóvenes trajeadísimos y euroescépticos, Phil Sheppard y Peter Lyon, de 19 años, vinculados a la campaña Vote Leave. Los dos denunciaron el «complot» de las grandes compañías a favor de la permanencia en la UE y la marginación de las pequeñas y medianas empresas. «¡Venga, chicos!», replicó Cameron, restando importancia al incidente. Los guardias de seguridad se los llevaron en volandas y salieron por la puerta de atrás del hotel del lujo Grosvernor House, en el privadísimo barrio de Mayfair.

El premier adelantó las líneas maestras de su discurso, anticipado desde hace días por la prensa británica, pero se guardó en la manga algunas de sus mejores cartas, incluida la posible fecha de celebración del referéndum.

Según anticipó The Times, Cameron estaría dispuesto a adelantar la celebración de la consulta a junio del 2016 si Bruselas accede a una negociación por la vía rápida. Pese a los problemas logísticos que plantearía la convocatoria anticipada, los dirigentes europeos han sugerido esa fecha para adelantarse al previsible agravamiento de la crisis de los refugiados el próximo verano. La no interferencia en los procesos electorales en Alemania y Francia, previstos para 2017, son dos factores que pesarán a la hora de la decisión final, en la que pueden influir también la evolución de la opinión pública.

La crisis de los refugiados y la crisis de Grecia ha disparado el euroesceptismo en el Reino Unido hasta cotas no alcanzadas en los últimos dos años. Según un reciente sondeo de YouGov, el 40% de los votantes respalda hoy por hoy la salida, frente al 38% que apoya la permanencia.

«¿Debería el Reino Unido seguir como miembro de la UE o dejar la UE?», será la pregunta final a la que deberán responder los 45 millones de votantes británicos. Los eurófilos de su propio partido han criticado a Cameron por acatar sin ponerle peros la recomendación de la Comisión Electoral, favorable a reformular la pregunta porque la anterior (sí o no a la UE) tenía un sesgo positivo a favor de la permanencia.

Cameron dará hoy el pistoletazo de salida de la campaña y recordará a sus compatriotas que están ante la «mayor decisión política en nuestras vidas». Como hizo con el referéndum de Escocia, celebrado en septiembre del 2014, el premier insistirá en que no habrá vuelta de hoja y que el resultado será «final».

«Si no podemos llegar a un acuerdo y si nuestras preocupaciones no fueran atendidas [algo que no creo que pase], entonces tendremos que pensar si estar en la UE es lo correcto para nosotros», dirá previsiblemente el líder conservador, según el adelanto de su discurso. «Como ya he dicho antes: no descarto ninguna opción».

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)