Un clan con fuertes convicciones religiosas
Las dos víctimas de Llíria pertenecen a una familia de vendedores ambulantes y eran miembros de la Iglesia Evangélica
Las Provincias, , 10-11-2015Los rostros y lágrimas de impotencia se repitieron ayer durante todo el día alrededor de la casa de la familia que ha sufrido la muerte de una madre y una hija a manos de un maltratador. Más de medio centenar de parientes y amigos de las víctimas acudieron a las inmediaciones del hogar a mostrar su apoyo ante el trágico suceso.
Los llantos se escuchaban varios metros antes de la entrada custodiada por los seres queridos de Elvira y Magdalena, quienes sólo pidieron respeto en estos momentos tan duros que atraviesan. «Ambas eran de una familia de etnia gitana muy noble y sencilla», declaró un familiares. «Solían ir todos los domingos a misa, son cristianos evangélicos, por lo que no eran nada conflictivos», añadió.
No muy lejos de allí, en la Plaza Mayor del municipio, se celebraba a las doce de la mañana la concentración en repulsa del crimen y de la violencia de género. Los vecinos que allí las recordaban solo tenían buenas palabras hacía las asesinadas. «Eran muy trabajadoras, dos vecinas ejemplares», explicaban tres mujeres de Llíria que conocían a la familia desde hace años por comprarles en el mercadillo todos los jueves. «Justo allí ponían su parada, delante de la farmacia», indicó otra conocida de las víctimas en la misma plaza.
Magadalena, de 67 años, nació en Chelva pero residió casi toda su vida en Llíria. Se había dedicado desde hacía décadas a la venta ambulante de ropa y bisutería y recorría con su género varios pueblos de la comarca los días de mercadillo. Los jueves lo hacía en su pueblo junto con su marido y su hija, Elvira, que les ayudaba con frecuencia en el pequeño negocio.
Elvira y su expareja llevaban casados entre cuatro y cinco años tras conocerse por internet, tal y como relata gente cercana a la pareja. La mujer, de 46 años, había vuelto a vivir al pueblo tras dejar la relación con su marido. Desde entonces intentó rehacer su vida junto a sus padres y su único hijo. «Su principal plan era estar con el niño y que él estuviera bien», señaló un familiar. Al parecer, Elvira no quería romper con su marido y destrozar la familia. «Ella lo intentó, le dio muchas oportunidades para ver si cambiaba, pero al final la acabó matando», afirmó un pariente muy afectado por la pérdida.
Los familiares le ayudaron en todo momento. Sus dos hermanos, también casados, estuvieron a su lado, según la misma fuente, pero nada pudo impedir la tragedia. «Él era muy independiente, una persona agresiva y peligrosa», afirmó otra persona que conoce al enfermo mental. A veces podía dar la impresión de que era un hombre tranquilo, pero acumulaba en su expediente varios antecedentes penales. Además, Leonardo tenía una orden de alejamiento hacia su mujer que le impusieron en abril, después de que Elvira fuera hospitalizada por haber recibido una paliza presuntamente por parte de su exmarido.
«Magdalena había arropado a su hija y la había defendido como toda madre hubiera hecho», añadió el familiar. Ella misma era la que hacía de intermediaria entre su hija y su exmarido para entregar y recoger a su nieto, y por eso se encontraba con su hija y el pequeño el domingo por la tarde.
«Esperamos que sobre él caiga toda la fuerza de Dios y la Justicia española. Que no salga nunca de la cárcel porque nadie es quién para quitarle la vida a una persona», sentenció un pariente directo, desconsolado, como toda la familia.
(Puede haber caducado)