El jefe islamista era «amigo» del ‘yihadista del tren’

El juez envía a prisión a los tres detenidos en Madrid, que estaban ‘disponibles para atentar’

El Mundo, ÁNGELES VÁZQUEZ MADRID, 06-11-2015

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu envió ayer a prisión a los tres presuntos terroristas detenidos el martes en Madrid. Considera que formaban parte de «una red yihadista radical operativa en España y disponible tanto para cometer atentados como para cumplir» con lo que necesitara el Estado Islámico «en su estrategia global».

Entre los indicios tenidos en cuenta para llegar a esa conclusión figura la relación que existía entre el que «ocuparía la parte más alta» de la célula desarticulada, Yassin el Mourabet, con el detenido en Francia como presunto autor del intento de atentado perpetrado el pasado 21 de agosto en el tren de alta velocidad que hacía el recorrido Amsterdam-París.

Sólo dos días después, el 23 de agosto, El Mourabet recibió una llamada en la que se le informó de que «el detenido en Francia como presunto autor de la tentativa de atentado terrorista era su amigo Ayoub» El Khazzani.

El jefe de la célula española no negó la relación atribuida por su interlocutor; sólo respondió que a Ayoub «le habían cargado el muerto». Por si acaso, tras esta conversación El Mourabet cerró el perfil que utilizaba en las redes sociales con miembros del Estado Islámico, en las que se aprecia «su grado de aceptación de las consignas impartidas» por la organización terrorista.

Entre las personas con las que compartía ideario para pasar a la acción figura otro de los arrestados enviados a prisión: Abdessadek Essalhi, quien se encargaba de adoctrinar a Walid Oudra (también enviado a prisión) y a Mostafa Dahouti, que se encuentra en paradero desconocido desde agosto, cuando viajó a Marruecos. Mantenía reuniones con jóvenes en su domicilio de la calle Embajadores (Madrid) y en el de su suegra, en la localidad de Rivas-Vaciamadrid.

Essalhi se había hecho notar en las tres mezquitas del centro de Madrid «por su extremado rigorismo a la hora de concebir el islam». En las declaraciones intervenidas, se queja de una pareja marroquí «de mierda» a la que ve besarse en un autobús; dice «que se jodan» las víctimas de los atentados del 26 de junio de Kuwait, Túnez y Lyon (Francia), y dedica la misma expresión a los 400 muertos que se habían producido en La Meca por ser chiíes, que «son unos criminales».

En ese proceso de radicalización es clave Walid Oudra, quien le comentó que vigilaba un local que había debajo de su casa en el que se reunían musulmanes de la corriente sufista, que son «infieles peores que los judíos». Essalhi le espetaba que «hay que lapidarlos» y Oudra respondía que les iba «a tirar una granada… Van a ser víctimas». «Mejor con la espada para que haya sangre», le contestaba Essalhi.

La ruptura con su pareja, la pérdida del trabajo y la falta de medios para subsistir hizo que Oudra se aislara en su piso de la calle Peña Prieta de Madrid y se entregara aún más a las consignas de Essalhi. De hecho, por consejo de éste rechazó un trabajo de camarero, porque «servir alcohol es pecado».

la sequía PALESTINA, PRIMERA señal para atentar
El juez explica en sus resoluciones que, «tras un proceso que ha durado meses», dos de los detenidos en prisión, Abdessadek Essalhi y Walid Oudra, «habrían aceptado como real una espiral apocalíptica que iba a justificar – según ellos mismos manifiestan en una de las conversaciones en las que se les intervino – la comisión de acciones contra la vida de otras personas». El momento para empezar a atentar, estando «autorizados divinamente», venía determinado por «un conjunto de signos del Apocalipsis» que ya había comenzado con la sequía que sufre Palestina, por la que se ha evaporado el lago de Tabrias.

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