El primer ministro griego, Alexis Tsipras. El Comisario Europeo de Inmigración, el griego Dimitris Avramopoulos. El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz. Y el ministro de Inmigración y Refugiados de Luxemburgo, Jean Asselborn. Todos, sonrientes y satisfechos en la foto junto a cuatro niños y el padre de uno de ellos. Todos en Grecia, todos refugiados en busca de asilo.

Un enorme despliegue político y mediático, con periodistas, fotógrafos y las cámaras de la UE retransmitiendo las imágenes en directo para toda Europa. Un despliegue absolutamente desproporcionado que roza la obscenidad.

Los Estados Miembros de la UE y las Instituciones comunitarias dieron entre mayo y septiembre el visto bueno a la recolocación de 160.000 refugiados. A 160.000 personas llegadas a Italia y Grecia que debería poder encontrar un nuevo hogar en el resto de la Unión. Hasta ahora, únicamente 116 han sido reubicadas, incluyendo a los 21 sirios y 9 iraquíes que llegarán hoy desde Lesbos a Luxemburgo.
Los líderes europeos comprenden bien la importancia de una imagen, de un vídeo, del mensaje. Y no les importa enviar a toda la artillería para un despliegue a pie de pista. Ministros, comisarios y un presidente para el hecho de poner en un avión a 30 personas. No es la primera reubicación. No son los primeros refugiados. Sus historias no son diferentes a las de miles de familias.

No hay ningún elemento que explique la campaña, salvo que es una campaña. Que quieren enviar a sus votantes el mensaje de que no dejarán que los niños se ahoguen en las playas y tengamos que comer con su cara en el telediario.

Europa reubica a 30 refugiados. Para cumplir el objetivo de colocar a 160.000 en dos años la UE debe encontrar hogar y mover a 220 personas, cada día, los próximos 730. Y hasta ahora sólo ha logrado 116. En el mes de octubre, 218.000 personas cruzaron el Mediterráneo tratando de llegar a Europa. En lo que va de año, 570.000 refugiados e inmigrantes han llegado a Grecia, un país de 11 millones de habitantes.

El espectáculo mediático de hoy pone de manifiesto un problema de fondo profundísimo. Nohay medios, no hay voluntad, no hay ninguna prisa pese a que mueren por decenas en naufragios.

Esta tarde la Comisión Europa celebra una teleconferencia con responsables de los 28 gobiernos para actualizar las cifras, para saber cuánto dinero, persona y material van a movilizar y cuándo, porque el ritmo está siendo inaceptablemente bajo.

La imagen que ven la ha colgado en las redes sociales una de las portavoces comunitarias. Los refugiados, los niños, como trofeos de los políticos, posando a cambio de un billete de ida a un país desconocido, con un idioma desconocido y un futuro incierto.

Alexis Tsipras, Dimitris Avramopoulos., Martin Schulz y Jean Asselborn. Ninguno ve nada en malo en usar a cuatro niños que han huido de la guerra para hacerse promoción. A cuatro de un grupo de 30. A 30 de un grupo de más de medio millón.

Para lavar conciencias antes se ponía un pobre en la mesa. Ahora se pone un refugiado en la foto.