¿Han tocado ya techo los beneficiarios de la RGI?

Lanbide espera que continúe la caída de los cuatro últimos meses antes de confirmar que la recuperación económica ha reducido los ciudadanos en riesgo de exclusión y advierte: «El control es muy alto. Hay fraudes en muchos más sitios, pero se prefiere mirar a otro lado»

El Correo, ENEKO PÉREZ, 02-11-2015

La economía vasca acelera su crecimiento hasta alcanzar un ritmo anual del 3%. La tan esperada recuperación se acerca, aunque todavía no se perciba en los bolsillos de miles de ciudadanos y aún se dejen notar los efectos de una intensa y prolongada crisis. El empleo mejora, aunque sea a un ritmo lento. Euskadi ha vuelto a crear puestos de trabajo; en la mayoría de los casos, precarios y con bajos salarios, sí; pero al menos el mercado laboral ha frenado su sangría. Lo peor de la tormenta ha quedado atrás. Los nubarrones que oscurecían el horizonte hasta hace apenas unos meses se han alejado. En ese escenario, el número de perceptores de la renta de garantía de ingresos (RGI), la ayuda social destinada a cubrir las necesidades básicas de personas sin recursos, ha encadenado cuatro meses a la baja tras alcanzar un récord histórico en mayo con 66.373 beneficiarios. Ahora son 64.844; es decir, 1.529 menos. La cifra más reducida desde abril del pasado año. Con un futuro aparentemente despejado, ¿ha tocado techo la RGI? ¿Ha cambiado su tendencia alcista muy acusada en los momentos más duros de la recesión, más tenue después para iniciar una fase de descenso al calor del repunte de la actividad?

Adolfo Alustiza, director general de Lanbide, se felicita por esa evolución, pero explica a elcorreo.com que aún es «pronto» para extraer conclusiones tajantes. «Se necesitan series más largas de tiempo para poder hacer un análisis certero de la situación, para hablar de un posible cambio de tendencia. Cuatro meses son insuficientes», apunta. Si la caída de la cifra de perceptores se prolonga a corto plazo, «será claramente una consecuencia de la recuperación económica». En caso contrario, el retroceso de este verano «se debería seguramente a causas estacionales».

REQUISITOS PARA OBTENER LA RGI

Ser mayor de 23 años:aunque cabrían algunas excepciones.
Estar en riesgo de exclusión social:no disponer de los ingresos mínimos para sobrevivir que garantiza la ley.
Estar empadronado:y tener residencia efectiva en el País Vasco durante los 3 años anteriores ininterrumpidamente.
Más información en www.lanbide.net
El comportamiento del empleo y de la RGI no siempre funcionan como vasos comunicantes. En coyunturas favorables para el mercado laboral, la lista de beneficiarios de la ayuda puede engrosar por la incorporación de parados que han agotado el periodo de cobro del subsidio de desempleo, de nuevos pensionistas con prestaciones muy bajas o por razones coyunturales.

Allá por 2008, cuando la recesión empezó a golpear con fuerza a Euskadi, poco más de 39.000 ciudadanos cobraban el subsidio. Ese colectivo creció de forma acelerada. Al año siguiente ya superaba los 50.000 por los devastadores efectos de la crisis y sobrepasa la barrera de los 60.000 desde 2013. Conforme la situación económica se ha ido enderezando, el aumento de los perceptores se ha ralentizado, pero con una sostenida tendencia alcista de fondo.

Desde finales de mayo se ha producido una evidente corrección, tras once meses de continuada escalada. Esa caída ha sido paralela a una reducción del paro en 6.085 personas en el País Vasco, aunque paradójicamente los afiliados a la Seguridad Social también han disminuido en más de 3.500 en ese periodo.

La RGI está regulada por una ley la más generosa y avanzada de toda España en este terreno que garantiza unos ingresos mínimos a todos los ciudadanos que cumplan una serie de requisitos; entre ellos, tres años de empadronamiento en Euskadi. Su cuantía oscila entre los 619 y los 950 euros mensuales, en función del número de miembros de la unidad familiar. La ayuda es compatible con la prestación complementaria de vivienda (250 euros al mes) para sufragar el alquiler de un piso. A los ciudadanos con rentas inferiores a ese nivel producto de pensiones muy bajas o de salarios reducidos en trabajos a tiempo parcial, por ejemplo, Lanbide les abona la diferencia hasta llegar al nivel establecido por la normativa.

«Hay fraude en muchos más sitios»

Esta ayuda es una pieza básica de la política de solidaridad y lucha contra la pobreza que abandera el Gobierno vasco. La aparición de irregularidades y de algunos casos de fraude muy llamativos han trasladado una cierta imagen de descontrol a determinados sectores de la opinión pública y han convertido la RGI en un objeto de controversia política.

«Por supuesto que hay un control de los perceptores, y muy alto además, aunque haya quien tenga la sensación de que no es así», subraya el director de Lanbide. «Los ciudadanos que cobran la RGI deben presentar su documentación bancaria cada cuatro meses, algo que a nadie le resulta agradable de hacer, pero que consideramos necesario para elaborar controles rigurosos», señala Alustiza. «Lo que nosotros no podemos controlar es quién entra en el sistema y quién no. Lo hace quien cumple las condiciones de acceso, que son muy exigentes», añade.

«Hay fraude en muchos más sitios que en las ayudas sociales de la RGI, pero se prefiere mirar hacia otro lado», sostiene el máximo responsable del Servicio Vasco de Empleo. «Nuestros trabajadores están recibiendo una formación especial de la Policía dirigida a una mejor preparación para evitar intentos de fraude. No queremos que nadie nos estafe».

Lanbide estudia eventuales medidas para reforzar el control en el cobro de la RGI y evitar que accedan a ella, como se ha detectado en los últimos meses, ciudadanos que no reúnen los requisitos y que se han dado de alta con pasaportes falsificados u otras picarescas. Alustiza asegura ver con buenos ojos la posible implantación de la huella digital el Parlamento vasco ha abierto la puerta en ese sentido, aunque aún no se ha adoptado ninguna decisión al respecto, pero si ese sistema se extiende «de forma general, a todas las personas, sin discriminar a ningún colectivo». El exalcalde de Vitoria Javier Maroto (PP) ha defendido esta acción tras arremeter contra los magrebíes, a los que, después de la aparición de varios casos de fraude, acusó de instalarse en Euskadi para vivir de las ayudas sociales sin trabajar.

El director del Servicio Vasco de Empleo se felicita de que este organismo «cada vez trabaja más y mejor, gracias a los acuerdos con ayuntamientos, Ertzaintza, Extranjería, entidades bancarias y otras instituciones, que nos permiten disfrutar de mejoras de interoperabilidad para funcionar de una manera más correcta».

Dos de cada tres perceptores de la RGI (el 64,08%) son de nacionalidad española, según los datos de Lanbide correspondientes a septiembre. Entre los 23.327 extranjeros, el grupo más numeroso procede de América del Sur (8.682), los países del Magreb (6.275) y el África subsahariana (4.490).

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