La Policía Nacional investiga las circunstancias que rodearon el naufragio de una patera frente a las costas de Málaga, y que se salda ya con cuatro muertos, 35 desaparecidos y 15 supervivientes que se mantuvieron a flote agarrados a los restos de la embarcación.

Agentes de la Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsedad Documental (UCRIF) empezaron ayer a tomar declaración a los supervivientes para comprobar si, como sospechan, entre ellos podría encontrarse el piloto de la zodiac, que suele estar al servicio de la mafia que organiza el viaje y que se lucra con cada uno de los inmigrantes que intenta cruzar el Mediterráneo.

El precio del peaje oscila en función del país de origen desde el que han salido, las características del medio transporte y los accesorios que lleve la embarcación. Un agente con años de experiencia en inmigración explicó que la «goma» en la que viajaban los 54 inmigrantes, pese a desfondarse a medio camino por el peso, parecía de buena calidad y sin demasiado uso. Se desconoce el tipo motor que llevaba, ya que se hundió durante la tormenta, pero por lo general suelen ser de poca potencia, lo que complica la travesía y deja a los pasajeros a merced del tiempo. En este caso, el naufragio se produjo durante la madrugada del miércoles al jueves, con mala mar y viento fuerte que llegó a superar los 25 nudos.

Los accesorios que encarecen el billete, «el viaje más caro en la inmigración», dice el agente, son motores más potentes, un depósito supletorio de combustible, varios bidones de agua para el camino y, sobre todo, una brújula «en caja marroquí» que en ocasiones se ha encontrado en las pateras localizadas en las playas. «En realidad –insiste el experto– el precio que pagan es una incógnita, porque no sabes cuándo y quién te dice la verdad».