Universitarios “refuerzan la autoestima” de 14 niños en riesgo de exclusión social

Arranca en noviembre la segunda edición de un programa pionero de SOS Racismo que este año dobla los participantes

Diario de noticias de Gipuzkoa, Alicia Zulueta, 30-10-2015

“Hicimos actividades que él me pedía. Es muy enriquecedor y estoy muy satisfecha”

“Era un chavalico pequeño, de once años. Estudiaba en Amara Berri y era tímido, porque al final venía de fuera y se estaba adaptando. Había tenido problemas por el idioma porque venía de Mongolia”, recuerda Garazi Ruiz, una alumna de Psicología de 21 años que, durante el curso pasado, se prestó como voluntaria para hacer de mentora con un chaval de origen migrante en el programa pionero de SOS Racismo Mentoría Ruiseñor. “El primer mes fue un poco duro, pero poco a poco fue avanzando nuestra relación. Hacíamos actividades en Donosti y el chaval se abrió. Hablando con su madre, me consta que mejoró mucho su confianza y su actitud. Tuvo un final inesperado, el último día me quedé con pena porque duró muy poco”, rememora.

En noviembre arranca la segunda edición de este proyecto pionero en Europa impulsado por SOS Racismo. Y lo hace con el doble de parejas que el año pasado y con nuevos convenios de colaboración, como el firmado con Kutxa Ekogunea. Todo ello con un objetivo claro: impulsar la normalización de la diversidad cultural de la sociedad.

Catorce alumnos universitarios serán emparejados con catorce escolares de entre 10 y 14 años. El objetivo es que, “al final del curso, los niños que han participado no tengan que repetir porque se haya conseguido reforzar su autoestima”, explica Carlos Ordóñez, responsable de Mentoría Ruiseñor. Por otra parte, los mismos jóvenes, que son sus mentores, viven “una nueva experiencia que enriquece su realidad sociocultural”.

Desde noviembre hasta final de curso, cada pareja pasará tres horas semanales juntos para disfrutar de tiempo de ocio, al contrario que en la pasada edición que fue una experiencia piloto de cinco meses. “Una vez fuimos al Aquarium, fui a verle a un partido de hockey hierba, al cine fuimos un par de veces, paseábamos por Donostia, vino a Gasteiz, de donde yo soy. Eran actividades que él me pedía, yo le dejaba que fuera el jefe. Es muy enriquecedor. En mi caso estoy más que satisfecha”, apunta Ruiz, quien lamenta no haber podido tener más tiempo con su pareja.

baja autoestima Estos chicos pueden proceder de otros países, o haber nacido en la CAV pero pertenecer a una segunda o tercera generación de una familia inmigrante y vivir su cultura con intensidad. A veces, “están en cierto riesgo de exclusión social”, con una “autoestima más baja”, se encuentran “aislados, tienen timidez o problemas lingüísticos”, detalla el responsable. Juegan en desventaja con respecto al resto de los niños de sus clases, y sus mentores les ayudan a fortalecerse para llegar a la igualdad de condiciones. “Ponemos una persona referente, que ni es un adulto que pueden identificar con sus padres, ni es un igual. Más bien es él mismo dentro de seis u ocho años”, recalca Ordóñez.

Los mentores se ofrecen voluntarios y los niños son seleccionados por los propios colegios, que deciden el perfil más adecuado para el programa. De hecho, este curso se unen dos nuevos centros a los tres que ya participaban el año pasado. Ahora los chicos provienen de Amara Berri, Zubiri Manteo, Koldo Mitxelena (Errenteria) y los institutos de Altza y Hernani.

El rato que pasan juntos es “tiempo libre”, algo que SOS Racismo trata de poner en valor animando a llenarlo de cultura o deporte. Por eso, este curso ha conseguido nuevas colaboraciones con la Real Sociedad, el Museo Romano Oiasso de Irun, o la Fundación Orona. Además, una actividad obligada es la visita de los menores a las universidades de sus referentes, “para que estos chicos vean que en un futuro es un mundo al que ellos pueden tener acceso”, puntualiza Ordóñez. Asimismo, la última novedad del programa es la colaboración de Kutxa Ekogunea, que abre la posibilidad de conocer la realidad del medio ambiente a los pequeños.

su propia huerta Este centro de sensibilización y dinamización de la cultura de la sostenibilidad cederá una parcela de su huerta ecológica a estas parejas, “para que planten lo que quieran” y puedan consumir sus propios productos. Un día visitarán en grupo las instalaciones del centro, que les presentará sus actividades y les ofrecerá alguna de ellas de forma gratuita. Las temáticas de los talleres son muy amplias, desde cocina con hierbas salvajes, talleres de jabones y cremas, al compostaje o la bioconstrucción. De esta forma, el trabajo social y la exclusión de jóvenes en riesgo de inclusión social confluye con la concienciación ambiental o la cultura ecológica.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)