BARCELONA. (Redacción).- Una familia kurda sirio-iraquí ha pasado 40 días viviendo en un aeropuerto de Moscú, sin posibilidad de entrar en Rusia ni de salir. Hasan Abdo Ahmad, su mujer, Gulistan Shaho, y sus cuatro hijos, de entre 3 y 13 años, llegaron el pasado 10 de septiembre procedentes de Estambul pero no se les permitió entrar en el país. Tuvieron que quedarse en la terminal E del aeropuerto de Sheremietevo y acabaron alojándose en la antigua zona de fumadores, una sala acristalada bastante espaciosa, afortunadamente.
La policía de fronteras acusó a los padres de portar pasaportes falsos, extremo que fue desmentido tiempo después por las autoridades sirias. La activista de derechos humanos Svetlana Gánnushkina la misma que socorrió a Edward Snowden cuando permaneció igualmente 40 días viviendo en la zona de tránsito de este aeropuerto en el 2013 se hizo cargo de la situación de la familia. Gracias a ella y a una hermana de Guslistan Shaho que vive en Rusia pudieron para una fianza de 800 dólares por persona impuesta por un tribunal de Moscú.
Sin embargo, la familia siguió atrapada en la terminal, hasta que por fin ha podido alojarse en un hotel del propio aeropuerto durante una semana. Han solicitado asilo en Rusia pero no se les ha concedido, algo que Gánnushkina atribuye a la falta de profesionalidad y conocimiento de la ley internacional de los funcionarios rusos.

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