Su desafío es formidable: gestionar a cientos de miles de refugiados llegados de los 10 países con las peores crisis humanitarias del planeta, que atraviesan un mínimo de 10 fronteras, cada una con sus propias leyes. Es a lo que se enfrenta ACNUR en estos momentos. Su número dos, Volker Türk, de visita por Madrid para participar en el seminario Prevención y lucha contra el extremismo violento, analiza un acontecimiento que se estudiará en las universidades.

P.–¿Esta crisis supone el mayor desafío para ACNUR desde su fundación en 1950?

R.–Hemos tenido muchos desafíos a lo largo de la historia de ACNUR, pero es el mayor reto con respecto a Europa. La historia de este continente es una historia de migraciones que está ligada a grandes movimientos de población. La ironía de esta crisis es que los países que más refugiados produjeron en el pasado son los más empeñados en cerrarles ahora las fronteras.

P.–¿Les ha pillado de sorpresa esta crisis?

R.– No. Ya pedimos el año pasado 130.000 plazas de reasentamiento. Queríamos que un 10% de las personas que están en asentamientos de Líbano, Turquía y Jordania pudieran venir a Europa para aliviar la presión sobre estos países. Nuestra llamada no fue escuchada. Sabíamos que esto iba a pasar y que vendrían más y más y más.

P.–¿Cómo valora la actitud de países como Hungría o Bulgaria y la construcción de muros en sus fronteras?

R.–No nos gustan los muros y no creemos que construirlos aporte soluciones, sino que traslada el problema a otra parte. También es importante que los políticos respeten a la gente que huye de las guerras. Si no lo hacemos, los populistas se aprovecharán y actuarán en contra de los refugiados.

P.–¿No sería más lógico, ya que van a cruzar el Egeo de todas maneras, abrir un paso seguro para evitar muertes en el mar?

R.–Sería mejor para la gente no tener que asumir el riesgo de cruzar el Egeo y caer en manos de traficantes, pero Turquía tiene dos millones de refugiados en su territorio. Entiendo que los países no pueden abrir sus fronteras a todos ellos. Me parece mejor solución otorgar visados de tránsito o humanitarios. Es una anomalía del sistema que nosotros paguemos 10 euros por pasar de Turquía a Grecia y ellos tengan que pagar 1.000 euros a un criminal.