Austria anuncia una valla con Eslovenia que liquidaría Schengen

Alemania critica la medida y acusa a Viena de enviar refugiados a su frontera

La Voz de Galicia, Patricia Baeloberlín / e. la voz, 29-10-2015

No hace ni tres días que los líderes europeos se comprometieron en Bruselas a reforzar el intercambio de información con el fin de mejorar la gestión de la crisis migratoria, y Austria ya ha dado el primer paso en solitario al anunciar la creación de una valla en su frontera con Eslovenia. Así lo comunicó ayer la ministra austríaca de Interior, la conservadora Johanna Mikl-Leitner, que prefirió denominarla «barrera técnica». «Se trata de permitir un acceso ordenado y controlado y no de cerrar nuestras fronteras», explicó en una entrevista. Un mensaje que recuerda demasiado al que la vecina Alemania se empeñó en transmitir cuando decidió establecer controles fronterizos a mediados de septiembre.

Aún se desconoce si se trata de una decisión consensuada por el Ejecutivo austríaco de coalición, o si por el contrario es un órdago de la ministra conservadora ya que, al igual que en Alemania, la oleada de refugiados ha provocado un verdadero cisma dentro del Gobierno de Austria, liderado por el socialdemócrata Werner Faymann. En esta ocasión, el anuncio ha recibido pronto el visto bueno de algunos socialdemócratas, como el ministro de Defensa, Gerald Klug, quien dijo ser capaz de imaginarse «una barrera física» para inmigrantes, siempre y cuando se actúe «con humanidad». Faymann se mostró, por el momento, ambiguo y declaró tras una conversación con Juncker que las vallas no tienen su lugar en Europa. Sin embargo, no desautorizó expresamente a su ministra.

Valla fronteriza en Austria
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HEINZ-PETER BADER | REUTERSValla fronteriza en Austria

En consecuencia, no hay detalles sobre el aspecto que tendrá esa valla, la primera que se alzaría entre dos miembros de la Unión Europea, ni sobre cuándo va a empezar a levantarse. Sí se sabe que podría levantarse en la ciudad de Spielfeld, una de las que registra mayor flujo de migrantes. El anuncio ha desatado una avalancha de críticas entre los socios europeos, que acusan a Viena de convertir en papel mojado el tratado de libre circulación de personas en el espacio Schengen. Bruselas insiste en que el mayor riesgo ahora es que haya una reacción en cadena y que a Hungría y a Austria, les sigan otros países. De hecho, el primer ministro de Eslovenia, Milo Cerar, no ha tardado en decir que también su Gobierno «está listo para construir una barrera» en su frontera con Croacia si lo considera necesario.

La propuesta también está pasando factura a la buena relación que existe entre Austria y Alemania. El líder de los cristianos bávaros, Horst Seehofer, acusó a las autoridades austríacas de estar enviando en los últimos días a miles de refugiados a territorio alemán sin haberlos registrado previamente. Después de que solo el martes, unos 5.500 inmigrantes cruzaran la frontera por Passau sin previo aviso por parte de la policía de Austria, la tensión entre ambos países ha escalado. Lejos quedan ya las buenas intenciones que demostraron Angela Merkel y Werner Faymann en su último encuentro bilateral del pasado 18 de septiembre. Ayer, el ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, tachó el comportamiento de Viena de «incorrecto» y le exigió que lo cambie «inmediatamente».

El Gobierno alemán, muy dividido, extenderá dos semanas más, hasta el 13 de noviembre, los controles limítrofes para ordenar el ingreso de refugiados.

Australia paga a los traficantes

Miembros del servicio de guardacostas de Australia pagan e instruyen a traficantes para devolver a Indonesia a inmigrantes indocumentados que intentan entrar al país en barco, denunció ayer Amnistía Internacional. «Las pruebas apuntan a que funcionarios australianos cometieron delitos transnacionales en las operaciones contra el tráfico de inmigrantes al pagar a miembros de la tripulación para que diesen la vuelta y desembarcasen en Indonesia», según la oenegé. En el informe, basado en entrevistas a solicitantes de asilo, tripulantes de barcos de traficantes y policías indonesios, también se revelan maltratos, especialmente a mujeres y niños. En uno de los casos, los agentes pagaron 28.994 euros.

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