Crisis de los refugiados »

Alemania acusa a Austria de permitir un flujo de refugiados incontrolado

Viena anuncia que tomará medidas de seguridad en la frontera.

El País, Luis Doncel / Belén Domínguez Cebrián, 28-10-2015

Los miles de refugiados que se encaminan cada día al corazón de Europa aumentan la presión sobre los Gobiernos. En una situación interna cada vez más difícil para la canciller Angela Merkel, Alemania achacó este miércoles a Austria “un comportamiento fuera de lugar” por llevar hasta su frontera sin aviso a las personas que buscan asilo. Mientras, el Gobierno austriaco planea introducir barreras para reducir el flujo de llegadas. Tras el anuncio de su ministra del Interior, el canciller austriaco matizó: “No levantaremos ninguna valla como la de Hungría”.

La crisis de refugiados ha logrado enconar las relaciones entre los socios europeos. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, acusó al Gobierno de Angela Merkel de invitar a todos los ciudadanos sirios a viajar a su país, y dijo que la crisis era “un problema alemán”. Austria también criticó la política de puertas abiertas. Ahora, es Berlín quien reprocha a Viena su gestión de los miles de personas que cada día llegan a través de la ruta de los Balcanes con la esperanza de obtener la condición de asilado en Alemania. “El comportamiento de Austria en los últimos días está fuera de lugar”, criticó este miércoles el ministro del Interior, Thomas de Maizière.

“Hemos observado que, sin ningún aviso y de noche, se lleva a los refugiados a la frontera alemana, donde se les deja sin provisiones. Austria aceptó ayer volver a un proceso ordinario. Espero que esto ocurra inmediatamente”, añadió el político democristiano.

Los reproches de Berlín llegan cuando el clima entre los dos países ya se había enrarecido. El Gobierno de Baviera —el Estado alemán que hace frontera con Austria, y el que tiene que hacer frente a la mayor afluencia de refugiados— ya había reprochado el martes a sus vecinos la falta de solidaridad. Horst Seehofer, jefe del Gobierno regional, acusó a los austriacos de dañar las relaciones de vecindad, mientras que su ministro del Interior tildó de “irresponsable” y “escandalosa” la actitud del Gobierno austriaco.

Las decisiones conjuntas de Berlín y Viena han jalonado esta crisis de refugiados. Los jefes de Gobierno de ambos países se pusieron de acuerdo el 5 de septiembre para permitir el paso de miles de refugiados que se agolpaban en la estación de trenes de Budapest. Una semana más tarde, Merkel dio un giro radical al instaurar controles en la frontera con Austria, dejando en suspenso el Tratado de Schengen durante tiempo indeterminado. Desde entonces ha pasado mes y medio y la situación está fuera de control.

Merkel trata de defenderse de las acusaciones de su teórico aliado Seehofer, que le ha dado hasta el fin de semana de plazo para buscar una solución para frenar a los miles de refugiados que cada día llegan a Baviera. “No hay un botón que se pueda apretar para cerrar el paso. Tenemos que ir paso a paso”, se defendió el pasado martes la canciller.

Mientras llegaban las críticas de Berlín, en Austria el debate sobre cómo controlar los flujos de refugiados desembocaba en polémica después de que la ministra del Interior, Johanna Mikl – Leitner, pasara de hablar de algún tipo de “barrera técnica” a anunciar que el país levantará una “valla” en puntos de la frontera con Eslovenia. “Se trata de asegurar que las entradas al país sean ordenadas y coordinadas, no es cerrar la frontera”, afirmó la ministra.

“Estas últimas semanas, los grupos de inmigrantes se han mostrado más impacientes, agresivos y sensibles” y “se trata de tomar todas las precauciones”, insistió la ministra, que el martes visitó el principal punto de control en el sur del país, en la localidad de Spielfeld. Austria asegura que cada día han cruzado la frontera entre 3.000 y 8.000 personas, pero que deben prepararse para un posible incremento.

El canciller austriaco, Werner Faymann, matizaba poco después esas palabras para destacar que el Gobierno “no vallará Austria” como lo ha hecho Hungría, aunque se tomarán medidas de seguridad que no concretó para “para mejorar el control” de la frontera.

El Gobierno alemán aprovechó para insistir en que la crisis de refugiados no se va a solucionar con el levantamiento de muros y Bruselas anunció que el presidente de la Comisión Europea, Jean – Claude Juncker, hablaría con Faymann sobre el asunto. Según fuentes de la Comisión, ambos coincidieron después en una conversación telefónica en que “no hay lugar para las vallas en Europa”.

Mientras, Eslovenia afirma que unos 14.500 migrantes y refugiados aguardan en ese país para alcanzar la frontera con Austria. Desde que el Gobierno húngaro cerrara su frontera con Croacia hace diez días, las rutas que habitualmente seguían para alcanzar el norte de Europa —fundamentalmente Alemania, Austria y Suecia— han variado. En ese tiempo, han entrado en Eslovenia unos 86.500 migrantes y refugiados que buscan continuar su ruta.

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