Balcanes: cuello de botella
La urgencia no es por los refugiados, sino por contenerlos en los países limítrofes
El Mundo, , 25-10-2015Desde hace días, las noticias relativas
a la crisis de refugiados
han desaparecido de las portadas
de los periódicos. Sin embargo,
hombres, mujeres, niños, familias
enteras continúan agolpándose
en las fronteras de Europa.
Llevamos más de cuatro meses
afrontando una crisis de refugiados
sin precedentes y desde Bruselas
todavía no se ha conseguido
dar una solución cuando ya
comienzan a caer los primeros
fríos del invierno balcánico.
Mientras esto sucede en el terreno,
la estrategia europea parece
que es la de intentar negociar
medidas de contención con
los países por los que los desplazados
acceden a la UE. En primer
lugar, la reunión de Merkel
y Erdogan en la que incluso se
llegó a hablar de reabrir las negociaciones
de adhesión, además
del dinero destinado a mantener
los campos de refugiados
turcos y el compromiso de las
autoridades para seguir actuando
de muro de contención de los
flujos de personas. Si esto ocurría
la semana pasada, ésta comienza
con una reunión de urgencia
convocada por el presidente
de la Comisión Europea,
Jean-Claude Juncker, en lo que
se ha dado en llamar una minicumbre,
con los países candidatos
Serbia y Macedonia. El tema
principal a debate y negociación
será cómo abordar de manera
coordinada el flujo de refugiados
que está llegando al cuello de
botella balcánico tras abandonar
la frontera griega.
Ésta es la segunda reunión con
los países de Balcanes Occidentales
en menos de dos meses. El pasado
28 de agosto tuvo lugar en
Viena la primera reunión con estos
países como parte del Proceso de
Berlín, un plan a cinco años diseñado
para mostrar el compromiso
de la UE en el proceso de ampliación
hacia los Balcanes. A pesar de
que los temas que se iban a debatir
en aquel momento tenían que
ver con cuestiones de cooperación
regional e infraestructuras, sin embargo,
fue la crisis de refugiados
la que acaparó todos
los debates.
Hacía mucho tiempo que estos
países no atraían tanto la atención
de los gobiernos europeos. A
pesar de su insistencia por continuar
y profundizar sus procesos
de integración, todavía no ha habido
nadie en las principales plazas
europeas que esté dispuesto a
lanzar un plan coherente de apoyo
a la región. El interés sólo
crece cuando aparece de manera
inminente el fantasma de la desestabilización
y, por ende, el peligro
de un nuevo agujero en la
ya maltrecha política exterior europea.
Pareciera que la Vieja Europa
no aprende de sus errores y,
una vez más, cuando da un paso
al frente lo hace en la dirección
equivocada. Si bien el hecho cierto
es que por primera vez se incorpora
a los países candidatos,
Macedonia y Serbia, a formar
parte del proceso de toma de decisiones
en torno a un tema que
les afecta directamente, no es
menos cierto que el principal objetivo
de la reunión es frenar los
flujos de desplazados que están
llegando a la UE y no otra cosa.
Una más de las nefastas consecuencias
que está teniendo esta
crisis de refugiados debido a la
parálisis comunitaria es el importante
deterioro de las relaciones
entre Serbia, Croacia y Eslovenia
durante las últimas semanas.
Confiemos en que el resultado
de esta reunión
lleve a una mayor implicación
de la UE, algo imprescindible
si se quiere mantener la estabilidad
en la región.
Ruth Ferrero Turrión es profesora de
Ciencia Política en la Universidad
Complutense de Madrid y en la Universidad Carlos III.
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