La habitual calma que reina en el barrio de Betolaza de Bilbao se quebró a martillazos el pasado sábado. Un grupo de individuos accedieron al interior de una vivienda deshabitada tras derribar a golpes los tabiques con los que sus propietarios habían tratado de disuadir a visitantes no deseados. Los vecinos de la zona, que denuncian la ocupación ilegal de la casa, temen que la llegada de los asaltantes pueda derivar en problemas de convivencia.

El inmueble, un pequeño unifamiliar con patio ajardinado que se levanta en el número 20 de Betolaza, se encuentra vacío «desde hace unos dos años», señalaron los vecinos. Al parecer, la propietaria de la vivienda falleció y sus herederos decidieron tapiar puertas y ventanas para evitar que fuera ocupada ante la sensación de abandono. No lo consiguieron. «Ahora tenemos miedo de que se meta aquí un montón de gente y armen jaleo», reconocía ayer a este periódico un vecino, que amagó con iniciar una recogida de firmas si la situación no se soluciona.

Según el testimonio de este residente, que presenció la ocupación de la vivienda, «cuando otra vecina recriminó a los asaltantes – un grupo de personas de etnia gitana – por lo que estaban haciendo, estos aseguraron tener derecho a entrar en una casa que lleva más de dos años vacía. Inmediatamente avisamos a la Policía Municipal y a la Ertzaintza – censuró – , pero no hicieron nada».

Desde la guardia urbana explicaron que los agentes acudieron hasta en dos ocasiones ese día. «Pero no pueden entrar para proceder al desalojo de la vivienda si no hay denuncia de un propietario», detallaron. Sí que identificaron a un hombre «que merodeaba por los alrededores de forma sospechosa», precisaron las mismas fuentes.