BERKASOVO. (Redacción y Agencias). – Unos 5.000 refugiados, incluidos niños pequeños, fueron obligados a dormir al raso, sobre la tierra embarrada y a temperaturas bajo cero en la frontera entre Croacia y Serbia. La policía de fronteras croata cerró el paso, “en una noche muy fría”, dijo Maher Is’hagat, oficial de protección de Acnur.

La multitud tuvo que encender hogueras y protegerse como podía con mantas hasta que la policía croata permitió el paso de pequeños grupos esta mañana.

Según Acnur, las normas que se aplican en las fronteras son muy estrictas y no se permite el paso hasta que los centros de tránsito, saturados, vuelven a tener capacidad para acoger más gente.

Desde que Hungría cerró su frontera con Croacia al paso de refugiados el pasado sábado, éstos viajan ahora desde Croacia hacia Eslovenia.

En Eslovenia, miles de personas tuvieron que dormir asimismo al raso entre un campo de maíz y las vías del tren después de atravesar la frontera croata el pasado martes.

Pese a las fuertes críticas de los últimos días, Croacia volvió a trasladar a la frontera con Eslovenia a miles de refugiados, informó hoy la prensa eslovena. Solamente en la noche del jueves fueron transportadas hasta allí en autobuses 4.000 personas, según la policía.

A su vez, Austria interrumpió durante la noche el paso de los refugiados de forma temporal, y por ello en el cruce de Spielfeld se encuentran varadas unas 2.500 personas.

El primer ministro esloveno, Miro Cerar, criticó en duros términos a Croacia el jueves, a la que acusó de actuar de manera insolidaria e injusta porque no coordina su política con las autoridades de Liubliana. Cerar dijo que pedirá la intervención de la Comisión Europea por ese comportamiento “inaceptable”.