¡Oh, dios mío! ¡También hay un bebé! Un pesquero turco se apresura a avecinarse a la zona donde han avistado varias personas flotando gracias a sus chalecos salvavidas. ¡Está vivo!, celebra uno de los pescadores, improvisados rescatadores en las aguas que separan Turquía de Grecia. El pequeño Muhammad Hasan, de 18 meses, emite un llanto casi sin fuerzas, mientras uno de los pescadores le quita el chaleco y trata de hacerle expulsar el agua que pueda haber tragado. ¿Dónde están los guardacostas?, se queja un compañero, con voz temblorosa.

Estaba totalmente pálido, aseguró después del rescate del niño el capitán del barco, Recep Ervan, al diario local Hürriyet. Pensamos que era hipotermia, porque estaba frío, y sus manos y pies estaban blancos. También echaba espuma por la boca agregó Ervan. Le cubrimos con una manta, tratamos de salvarle. Después de nuestra llamada [de socorro] un bote llegó del puerto para ayudarnos antes de llevarlo a Kusadasi.

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En esta ciudad de la costa occidental turca, el bebé recibió el tratamiento médico inicial, antes de ser trasladado al Hospital Estatal de Esmira, donde se encuentra bien y está recuperándose, según la fuente.

Otros 15 refugiados pudieron subir a bordo del pesquero, mientras que igual número continúan desaparecidos. No estaban tratando de explicar por señas que había 30 personas en el agua, indicó el capitán del barco. Creemos que los demás están en el fondo del mar. Testigos citados por el rotativo local señalaron que el grupo había pasado cinco horas en el agua, y que entre ellos se encontraba una mujer embarazada.

En los últimos días, los números de refugiados que huyen de la guerra y la violencia en sus países de origen, en especial de Siria y Afganistán, se ha disparado. Los últimos datos publicados por la Organización Internacional de la Migración (OIM) detallan que casi 48.000 personas han llegado a las islas griegas en una arriesgada y desesperada travesía marítima desde la cercana Turquía. Solo el 20 de octubre, 10.994 personas llegaron a las islas griegas del Egeo.

Entre los motivos para este desembarco, la llegada del mal tiempo (y con él, aún peores condiciones de navegación para las precarias pateras), sumada a la ofensiva del Ejército de Bachar Asad en Siria con ayuda rusa en torno a la ciudad de Alepo, que habrían desplazado a unas 70.000 personas.

Además, la OIM cifra en 3.175 los muertos y desaparecidos en el mar Mediterráneo en lo que ha transcurrido de 2015.