La canciller alemana, Angela Merkel, ha defendido este jueves en Madrid la obligación de la Unión Europea de acoger a quienes huyen de las guerras y del terrorismo en países como Siria, pero también ha dejado claro que “no todo el mundo puede quedarse” y que esto es imprescindible para poder atender a quien más ayuda requiere.

“Por muy duro que sea, aunque nos duela el corazón, hay que dejarles claro que tienen que irse de Europa porque no podemos ayudar entonces a los que necesitan ayuda”, ha afirmado Merkel ante el Congreso del Partido Popular Europeo que se celebra en Madrid.

Merkel ha abogado por proteger las fronteras exteriores comunitarias ayudando a los países que las tienen y que por sí solos no pueden afrontar la situación, incluida Turquía. Ha reiterado su mensaje de que los socios europeos deben repartirse la “carga” de refugiados que cruzan las fronteras, cada uno según sus “posibilidades”, como “siempre” ha hecho la UE cuando ha buscado soluciones a cualquier tipo de problema.

La dirigente alemana ha recordado que fue Europa la que “se inventó” la Carta de Derechos Humanos y que tiene por ello la obligación moral de “tratar como una persona” a quienes llegan a sus fronteras, tratar “a todo el mundo de forma humana”.
PUBLICIDAD

Pero ha subrayado que es necesario que se puedan quedar aquellos “que cumplen los criterios de la Convención de Ginebra”, que huyen de guerras y terrorismos y necesitan permanecer un tiempo en Europa en un “nuevo hogar”. “No todo el mundo puede quedarse aquí”, ha dejado claro.

La dirigente alemana ha sido la última de los líderes europeos que ha intervenido ante los delegados reunidos durante dos días en España y cuyos discursos han estado centrados en la crisis migratoria que sufre Europa.

‘No es un derecho fundamental’

Previamente, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, ha defendido unan vez más su idea de que en Europa haya un debate “valiente y sin hipocresías” sobre la crisis de los refugiados.

Contrario a solucionar este asunto con un reparto de la inmigración mediante el sistema de cuotas y muy crítico con la postura solidaria de Merkel, Orban ha asegurado en su intervención en el congreso del PPE que “Europa no puede aceptar a todos los que quieren una vida mejor”.

Nos encontramos, ha dicho, ante un “importante problema”, ante una crisis “que puede desestabilizar” a algunos países europeos. Necesitamos una respuesta “firme”, porque se trata de una “proceso descontrolado”.

El dirigente húngaro ha afirmado que las personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares son “víctimas” pero eso, ha recalcado, “no puede implicar que nosotros pasemos a ser también víctimas”. Hay que “devolver a estas personas” a sus países de origen, ha indicado, porque “el estilo de vida húngaro o el austriaco no es un derecho fundamental”.

Orban, que ha levantado vallas en su frontera para evitar la entrada de refugiados, ha apuntado que somos “cristiano demócratas” y “no toleramos políticas antimusulmanas” pero no sólo llegan mujeres y niños. El 70%, ha dicho, son hombres jóvenes. “Parece un ejército”.

Europa, ha manifestado, “se ve debilitada. Es débil pero rica y esta mezcla es explosiva”.

“Tenemos que ser firmes”, ha insistido, y “proteger los puestos fronterizos”. Según Orban, la izquierda europea apoya a la inmigración porque ve en ellos a “futuros votantes”. “Es un truco muy viejo”. Pero, ha defendido, “somos el PP, nuestro comportamiento no puede estar impuesto por nuestros rivales”.