«Cuando lo vimos llegar creíamos que era una broma. Llevaba una máscara y ropa negra, y una espada larga. Algunos incluso quisieron hablar con él y tocar la espada», declaró a la cadena pública SVT un estudiante de la escuela Kronan, en la que muchos alumnos son inmigrantes. Algunos llegaron a fotografiarse con el personaje, creyendo que con su disfraz seudomilitar se adelantaba al Halloween, que se celebra el 31 de octubre.

Hasta que el joven de 21 años, que portaba dos armas blancas de gran tamaño, hirió de muerte al profesor de apoyo que se encontró a la entrada del centro. «Entonces salimos corriendo», contó Laith Alazze, estudiante de 14 años, a TV4. El agresor avanzó por el colegio de la localidad sueca de Trollhattan e hirió a otro profesor. Llegó hasta las aulas, donde llamó a dos puertas y acuchilló con la espada a los alumnos que salieron a abrirle. Uno de ellos, de 17 años, se convirtió horas más tarde en su segunda víctima mortal. El otro, de 15, seguía grave pero estable en el hospital provincial de Norra Alvsborg, lo mismo que el otro profesor.

La policía, que llegó a los cinco minutos de recibir el primer aviso, encontró al agresor en otra estancia y disparó contra él. Herido en el tórax, murió también en el mismo hospital que sus víctimas.

Las fuerzas de seguridad acordonaron la escuela, a dos kilómetros del centro de la ciudad, para continuar con la investigación técnica, mientras interrogaba a alumnos y profesores. No ha trascendido la identidad del atacante, que residía en Trollhattan pero no tenía ninguna relación con la escuela y del que la policía no tenía datos.

Las primeras investigaciones apuntan a que simpatizaba con grupos de extrema derecha contrarios a la inmigración, según la prensa sueca. Al parecer, solía difundir en YouTube vídeos de un bloguero neofascista sueco y sobre Adolf Hitler y la Alemania nazi. La policía indaga un posible móvil xenófobo tras realizar varios registros, incluida la vivienda del agresor, donde encontraron «cosas interesantes», según comunicó en rueda de prensa el comisario Thord Haraldsson, que tampoco adelantó ningún posible motivo del ataque.

Un centro con inmigrantes

Los profesores de la escuela Kronan, donde estudian 400 alumnos de preescolar a secundaria, muchos de ellos hijos de inmigrantes, se habían reunido recientemente para debatir su preocupación por la inseguridad que supone compartir la entrada al centro con las de locales abiertos a todo tipo de públicos, como una cafetería y una biblioteca.

Suecia no escapa al auge que la extrema derecha está tomando en la Europa del norte: como muestra, el Partido Popular Danés se convirtió en la llave para formar Gobierno en la elecciones de junio, al igual que los Verdaderos Finlandeses y el noruego Partido del Progreso lo son en sus respectivos países. Los Demócratas a quienes el asesino apoyó en Facebook son la tercera fuerza en el Parlamento del país escandinavo, aunque, arrinconados por el resto de los partidos, carecen de capacidad de decisión. Además, los peticionarios de asilo tienen en la idílica Suecia, paradigma del Estado del bienestar, uno de los destinos preferidos junto con Alemania. Lo que aprovechan quienes se nutren de los sentimientos xenófobos para radicalizar la sociedad. La crisis de los refugiados ya ha provocado incidentes graves como el de Munkedal hace dos días, donde un albergue de acogida quedó reducido a cenizas.

«Lo que nunca debía haber pasado ha ocurrido hoy», dijo en Trollhattan el primer ministro sueco, Stefan Löfven, minutos después de hacer una ofrenda floral en la escuela. Trollhattan, la ciudad industrial donde Saab tiene su factoría, es una urbe de 57.000 habitantes próxima a Gotemburgo. Löfven habló de un «día negro» para Suecia. «Suecia está conmocionada», declaró el rey Carlos XVI Gustavo.

En los centros de enseñanza suecos los episodios violentos son rarísimos. El último que se recuerda data de 1961. Un joven murió y seis resultaron heridos de bala en un instituto de formación profesional de Kungalv.