Merkel fuerza una cumbre de la UE por el caos migratorio

La reunión busca atajar el desbarajuste y la tensión fronteriza en los Balcanes

La Voz de Galicia, Cristina PorteiroBruselas / corresponsal,, 22-10-2015

La ruta de los Balcanes está desbordada. La crispación toca techo entre los países vecinos de la región, expuesta a una presión migratoria sin precedentes. Hungría se ha convertido en una fortaleza inexpugnable para los demandantes de asilo que llegan a Europa. Croacia decretó el cierre de su frontera con Serbia ante la imposibilidad de controlar el flujo de desplazados que se dirigen a Eslovenia. Allí, las autoridades de Liubliana se empeñan en contener la entrada desplegando al ejército en la frontera croata. Uno a uno, como un dominó, los países balcánicos se han dado la espalda. Cada maniobra adoptada de forma unilateral ha ayudado a taponar un poco más la ruta por la que transitan los refugiados rumbo a Alemania y amenaza con elevar la tensión.

Las medidas acordadas en la UE hasta el momento han sido ineficaces y el panorama es tan sombrío que la canciller alemana, Angela Merkel, solicitó ayer al presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, la convocatoria de una reunión urgente el próximo domingo. En Bruselas se darán cita los líderes de los diez países más afectados por la crisis migratoria (Serbia, Macedonia, Grecia, Croacia, Hungría, Eslovenia, Austria, Alemania, Rumanía y Bulgaria). El objetivo de Berlín es articular una respuesta coordinada inmediata. Los refugiados no pueden esperar más. El cierre de fronteras ha atrapado a miles de ellos en pasos fronterizos en Serbia y Croacia. No tienen acceso a agua, comida ni mantas. La bajada de las temperaturas, la lluvia y el cansancio no dan tregua. Las fuerzas flaquean y las esperanzas de todos ellos se desvanecen a medida que se les van cerrando las puertas.

Las capitales balcánicas se defienden. Aseguran que están desbordadas, exigen más ayuda europea y culpan a sus vecinos de no controlar los flujos de tránsito. «Necesitamos soluciones conjuntas», advirtió ayer el portavoz de Merkel, Steffen Seibert. Berlín solicita más «responsabilidad y solidaridad» a sus socios pero también demanda un control efectivo en las fronteras externas de la UE. Una tarea que exige que Grecia y Turquía cooperen, a pesar de su rivalidad histórica: «Esto no significa crear patrullas greco-turcas», aclaró Seibert.

«Todo lo que pensábamos que estaba lejos, como la guerra en Siria o el Estado Islámico, ha llegado a nuestras fronteras en forma de refugiados. Ahora debemos aprender a hacerle frente», insistió ayer Merkel. La urgencia es máxima. Las condiciones meteorológicas en los Balcanes marcan el calendario de los ministros del Interior que celebrarán un consejo extraordinario el próximo 9 de noviembre. Se necesitan decisiones y compromisos concretos para entonces. La UE no puede esperar a diciembre.

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