ALEMANIA
Auge de los movimientos contra la inmigración Pegida celebra su primer aniversario en un clima envenenado anti refugiados
Más de 15.000 personas se manifiestan contra las políticas de asilo y otras 15.000 enfrentan al movimiento xenófobo en Dresde
El Mundo, , 20-10-2015Miles de personas han participado este lunes en la concentración con la que los Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida) han celebrado su primer aniversario en la ciudad de Dresde, en el este de Alemania. Hubo también varias manifestaciones de protesta contra ese movimiento populista xenófobo, que marcha todos los lunes en distintas ciudades del país y ha ganado muchos adeptos desde que Alemania apostara por la acogida masiva de refugiados. Las manifestaciones de protesta contra Pegida confluyeron en la Plaza del Teatro, frente a la Ópera Semper, donde los islamófobos reclamaban la expulsión de los refugiados a la misma hora en que decenas de miles de solicitantes de asilo tiritaban de frío en la frontera entre Croacia y Eslovenia. Simpatizantes y detractores de Pegida sumaron una cantidad similar de participantes, unos 15.000 en cada lado, según estimaciones de una iniciativa estudiantil que calcula esas cifras con métodos científicos. La Policía de Dresde movilizó a un millar de agentes y pidió refuerzos de otros seis Estados federados y de la Policía Federal. Estalló algún petardo, y un simpatizante de Pegida fue golpeado con una barra de hierro, según el diario Sächsische Zeitung. Los simpatizantes de Pegida corearon una vez más hasta reventar la frase “Somos el pueblo”, la misma que gritaban los manifestantes en las marchas pacíficas que acabaron hundiendo el régimen de la antigua Alemania oriental.
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El aniversario de Pegida motivó una reacción de condena de destacados miembros del Gobierno alemán. Las palabras de rechazo más claras las pronunció el ministro del Interior, el democristiano Thomas de Maizière, quien dijo a la televisión pública ARD que los artífices de Pegida son “ultraderecha dura”. Pese a ser uno de los políticos que con más escepticismo han reaccionado a la política migratoria de la canciller Angela Merkel ante la oleada de refugiados, el ministro advirtió del peligro que Pegida representa para la moderna democracia alemana. “Califican sin distinción de delincuentes a los solicitantes de asilo, y acusan de alta traición a todos los políticos. Esto se sitúa fuera de cualquier consenso democrático”, dijo el ministro.
Merkel, ataviada como Adolf Hitler, con el símbolo del euro sustituyendo a la cruz gamada, en la marcha de Pegida este lunes en Dresde (Alemania). EFE
La propia Merkel no se pronunció sobre la concentración de Dresde, pero el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert, aprovechó su rueda de prensa de los lunes para recordar las palabras del último discurso de Año Nuevo de la canciller, en el que ella apelaba a los ciudadanos a dar la espalda a los impulsores de movimientos como Pegida: “Con demasiada frecuencia hay prejuicios, frialdad, incluso odio en sus corazones”. Merkel, pues, no tiene nada más que añadir. Tocando la misma cuerda, De Maizière insistió: “Aléjense de aquellos que inyectan este odio, este veneno, en nuestro país”. En la noche de este lunes, la Ópera Semper puso de manifiesto su rechazo a los xenófobos con mensajes iluminados alternativamente en una pantalla junto al escenario de Pegida: “No somos el decorado de la xenofobia” y “No prestamos nuestro escenario a la intolerancia”, se leía en ellos. Y para dejar a oscuras a los xenófobos, apagó las luces que iluminan su histórica fachada reconstruida. En un intento de disuadir a participantes con intenciones violentas, el ministro de Justicia, Heiko Maas, advirtió de que se perseguirán “con todas las consecuencias” los posibles delitos cometidos en esas concentraciones, y reiteró sus advertencias de los últimos días contra Pegida. “Quien corre detrás de horcas y bigotes de Hitler, ya no tiene excusa”. El político socialdemócrata se refería al fundador de Pegida, Lutz Bachmann, quien dimitió en enero de este año después de que el diario ‘Bild’ publicara una foto suya disfrazado de Hitler. La referencia de Maas a las horcas tiene que ver con un episodio más reciente. La semana pasada, en una manifestación islamófoba en Dresde, se coló una horca de madera con carteles que aclaraban que la soga estaba prevista para Merkel y su vicecanciller, Sigmar Gabriel. La Fiscalía investiga a los responsables por incitación al delito. El motivo de las horcas se repitió ayer mismo en otra ciudad de Sajonia, Leipzig. Esta vez, unos desconocidos amenazaron al alcalde, el socialdemócrata Burkhard Jung, con una pintada en un contenedor: “Alcalde Jung, vamos a por ti. No al asilo”, se leía junto al dibujo del cadalso. Durante todo este año, varios alcaldes de ciudades pequeñas y medianas, como los de Magdeburgo y Nieheim, han recibido amenazas de muerte por defender la acogida de refugiados. La sangre llegó al río el pasado sábado, cuando Henriette Reker, candidata independiente a la alcaldía de Colonia, fue apuñalada por un hombre que confesó haber actuado en rechazo de la política de refugiados. Reker ganó la alcaldía el domingo con mayoría absoluta. Sigue hospitalizada con graves heridas en la garganta y la tráquea.El atentado de Colonia ha alarmado a las autoridades porque pone de manifiesto que la xenofobia y la islamofobia van más allá de la retórica en Alemania. Las marchas y concentraciones de Pegida y de las “filiales” del movimiento en otras partes de Alemania “tienen un potencial difamador y agresivo que va en aumento”, dijo ayer un portavoz del Ministerio del Interior.
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