LOS POPULISMOS EN EUROPA Magdalena Martullo-Blocher, nueva diputada en el Parlamento helvético

La 'Marine Le Pen' suiza

Heredera del patrón del populismo suizo, toma su relevo políticoSu padre fue apartado del Gobierno por escorarlo a la ultraderecha

El Mundo, FÁTIMA RUIZ, 20-10-2015

Dirige su empresa como un cuartel. «Quien no se pliega, prueba su furia», cuenta la revista suiza ‘Bilanz’, que la describe como «hiriente a veces» y «muy dura» con los de abajo. Magdalena Martullo-Blocher ha heredado rostro y maneras de su padre, Christoph Blocher, patrón del populismo suizo que le ha dejado su compañía el gigante EMS, con 3.000 empleados y 9.000 millones de francos de valor en Bolsa y el tirón por la política. Jubilado a la fuerza del Gobierno en 2007 por escorar el barco del partido UDC hacia la ultraderecha, la nueva ‘Marine Le Pen’ toma ahora su relevo convertida en flamante diputada por el cantón de los Grisones. Aunque ella deja claro que vuela sola y no a la sombra de su polémico padre: «Hago lo que me parece bien, he llevado el negocio perfectamente sin él».
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Que la empresaria de 46 años no se caracteriza por su paciencia quedó claro en 2010 ante las cámaras de la televisión suiza, que grabaron una reunión con subalternos. O más bien una clase de alumnos poco espabilados en la que ella ejercía con soltura de ‘señorita Rottenmeier’ (no se olvide que nació en tierra de Heidi). La escena se convirtió en ‘hit’ de Youtube con cientos de miles de visitas:-«¿Cuáles son los siete pasos del pensamiento?», interrogaba entonces crípticamente a los aterrorizados presentes. «Ese de ahí está durmiéndose. Y éste, esperando a que otro conteste». Alguien en la sala farfullaba algo sobre los sueños. «Ah, sueños. Vosotros los soñadores…», se irritaba mezclando inglés y alemán, como una reina de corazones que se mordiera la lengua para no soltar un ‘que le corten la cabeza’. «Es muy curioso lo pasado de moda y a la vez efectivo que es su estilo de dirigir», señalaba el periodista Karl Luond, que tuvo que tratarla cuando le encargaron un libro por el 75º aniversario de la compañía. «Es genético».“Se me cae el techo encima”Su vena autoritaria no se ciñe al trabajo. «Es típico de mamá que todo tenga que ser siempre perfecto», contaba su hija Tamara de ocho años, a la revista ‘Schweizer Illustrierte’, en un artículo sobre la cara familiar de la hoy política. «No puedo ser sólo madre y ama de casa, se me cae el techo encima», confesaba ella misma, que se puso al frente de EMS con 34 años y embarazada de seis meses. «Mi marido trabaja sólo por la mañana, así que cuando vuelve a casa a mediodía cocina para los niños y está con ellos para que hagan los deberes». Una filosofía de vida que no casa a primera vista con los principios que propugnaba su padre allá por los 80, cuando, según recuerda Afp, era partidario de que «la mujer se quedara en la cocina» (y también, por ejemplo, del apartheid sudafricano). Martullo-Blocher reniega, eso sí, de las cuotas: «Estoy en contra de todas, no sólo de las femeninas, yo abogo por la libertad». Alerta contra la “invasión de inmigrantes”No considera el partido de su padre «conservador» o ultra, pese a que, bajo el lema «permanecer libres», el UDC se ha aplicado a fondo en campaña contra la «invasión» de inmigrantes deseosos de ordeñar la vaca suiza. Desde fotomontajes con mujeres de burka bajo la leyenda «¿El islam pronto en nuestra casa?» hasta caricaturas como la de un yihadista con bandera de la UE a punto de decapitar a una rubia envuelta en la enseña helvética. El lema, poco sutil:«Guarda la cabeza sobre los hombros. Vota la lista del UDC». El discurso ha calado entre unos electores para los que las cuestiones de asilo e inmigración están por encima de su fría pasión por Europa. El 48% de ciudadanos las sitúa como primera prioridad. Y eso que hasta el propio Christoph Blocher se ha ido templando algo: «Para personas cuya vida e integridad física estén en peligro siempre habrá sitio», decía recientemente, alertando inmediatamente después contra los «falsos refugiados». El domingo volvía a clamar contra la oleada de desesperados a la puerta de casa. «Nuestro país está en mejor situación que sus vecinos en términos de economía, libertad y calidad de vida, pero nuestra prosperidad está amenazada por quienes insisten en que entremos a la UE. La libre circulación de personas y el caos migratorio son preocupantes». Críticas a EuropaLa hija tampoco tiene pelos en la lengua para criticar a Europa: «Suiza no debe ser dirigida por la UE», sin la que dice que su país «podría vivir»: «Hay muchas amenazas de Bruselas. Pero tenemos más fuerza de la que pensamos. En muchas cosas dependen de nosotros».Desde la altura de su fortuna ocupa el puesto 512 de la lista Forbes ha presumido de gestión para barrer votos para casa (bajo su mandato las acciones subieron de 96 a 400 francos). «Soy la mayor proveedora de empleos del cantón», aseguraba. «El país necesita candidatos independientes». Y desestimaba los recelos por posibles puertas giratorias:«En la mayoría de países los políticos no son empresarios. Por eso a nadie le preocupa Obama, pero yo sí».

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