Colapsa la ruta de los Balcanes tras el cierre de fronteras a los refugiados

Miles de personas están atrapadas entre países, a la intemperie y sin comida

La Voz de Galicia, cristina porteirobruselas / corresponsal,, 20-10-2015

Colapsada y desbordada. Así se encuentra en estos momentos la denominada ruta de los Balcanes. El largo camino que recorren los migrantes antes de alcanzar el centro y norte de Europa se ha convertido en una trampa para decenas de miles de personas tras el cierre de fronteras decretado por Hungría y la llegada del frío y las lluvias.

La severa medida adoptada por el Gobierno magiar ha generado tapones humanos en varias fronteras y tensiones internas entre socios de la Unión. Según denunció ayer el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), al menos 10.000 personas se encuentran atrapadas en Serbia esperando su oportunidad de poder cruzar hacia la UE. «Es como un gran río de gente y, si se detiene el caudal, habrá inundaciones en otra parte», aseguró a Reuters su portavoz, Melita Sunjic.

No reciben ningún tipo de atención, ni agua ni comida. Duermen al raso, sin mantas, bajo la lluvia y con el temor constante a que una ola de frío haga acto de presencia. Se avecina el invierno, el tiempo empeora y Europa solo piensa en cómo frenar el tránsito de refugiados. Todavía no ha decidido qué hacer con los millares de personas desprovistas de protección que llaman a sus puertas tras huir de la violencia en Siria, Afganistán e Irak.

La crisis humanitaria no da tregua. Miles de personas siguen atravesando diariamente Grecia, Macedonia y Serbia. Hungría se ha convertido en una fortaleza así que se ven obligados a desviarse hacia Croacia. El país, que recibe a unos 6.000 migrantes de media diarios, abrió ayer sus puertas a unos 3.000 desplazados apostados en la frontera serbia a los que impedía el acceso. El Gobierno croata sabe que la mayoría están de paso. Su objetivo es alcanzar Eslovenia, trampolín hacia Austria y Alemania, así que no ha tenido reparos en dirigirlos hacia la frontera. Allí la policía eslovena frenó el paso de un grupo de 1.800 desplazados por exceder el número de refugiados que el Gobierno está dispuesto a absorber. Pasaron la noche bajo la lluvia, el lodo y el frío en el paso fronterizo de Trnovec-Sredisce ob Dravi.

Las autoridades de Liubliana han puesto un límite de acogida de 2.500 personas al día y se comprometen a recibir a los que Austria esté dispuesta a dejar pasar. Aseguran que no pueden abrir las puertas a más personas y acusan a Zagreb de no controlar el flujo migratorio ni de querer cooperar. «Las complicaciones surgieron cuando Croacia comenzó a anunciar transportes de inmigrantes que excedían nuestras capacidades. Es una conducta inaceptable», denunció ayer la ministra del Interior eslovena antes de exigir a los países vecinos de los Balcanes que «respeten los acuerdos y aborden este problema juntos».

La situación puede agravarse en los próximos días si, tal y como anunció Austria, el Gobierno de Viena endurece los controles y se niega a recibir más refugiados. El país centroeuropeo asegura que está desbordado y no tiene más capacidad de acogida.
Despierta del coma la alcaldesa de Colonia apuñalada por racismo

Henriette Reker, responsable de la acogida de refugiados en Colonia, despertó ayer del coma inducido, tras ser apuñalada el sábado por un desconocido que alegó motivos racistas. La política de 58 años hacía campaña electoral en un mercado, cuando el hombre, ex militante de un grupo de ultraderecha, la atacó con un cuchillo en el cuello. Reker fue operada de urgencia. Los médicos aseguran que su estado evoluciona favorablemente. Aún no está claro cuándo podrá estrenar el cargo de alcaldesa, después de ganar las elecciones del domingo. Su victoria era de esperar, pese a que la participación de los comicios apenas rondó el 40 por ciento.
Chipre rechaza negociar con Turquía hasta que no abandone la isla

Turquía es la única solución que vislumbran en el horizonte los socios europeos para tratar de frenar el flujo de refugiados que entra por las fronteras. La UE tiene por delante dos grandes obstáculos que sortear en este terreno. El primero es la férrea negativa de uno de sus miembros, Chipre, a negociar con Ankara, a menos que entregue a las autoridades legítimas el control del norte de la isla, ocupada desde su invasión en el 1974. «No podemos dar nuestro consentimiento», aseguró ayer el ministro de Exteriores de la isla, Ioannis Kasoulides. Nicosia recuerda que hay dos capítulos abiertos contra Turquía por las dudas que genera su sistema judicial y por incumplimientos en materia de derechos humanos y libertades. Y en ellas se basa para anunciar el bloqueo de cualquier pacto que permita acelerar el proceso de adhesión de su vecino a la UE.

El segundo problema es convencer a Ankara de controlar las puertas de acceso presentando una buena oferta. La liberalización de visados, los avances en su proceso de adhesión y el paquete de 3.000 millones de euros que ofreció el jueves pasado la UE no sacian el hambre del Gobierno turco que considera «inaceptable» la ayuda ofrecida para atender a los 2.2 millones de refugiados en el territorio. «Se lo dije a Merkel. No podemos aceptar un acuerdo como dadnos el dinero y se pueden quedar en Turquía. Esto no es un campo de concentración», manifestó ayer el primer ministro turco, Ahmed Davutoglu, tras reunirse con la canciller alemana.

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