El frío y la lluvia castigan a miles de refugiados en la frontera de Serbia y Croacia
El Periodico, , 19-10-2015Unos tres mil refugiados han pasado la noche bajo la lluvia y el frío en suelo serbio junto a la frontera croata, a causa de la aglomeración que ha provocado el cierre de la frontera de Hungría con Croacia en la ruta de los Balcanes.
Urgently need heated hypothermia treatment tents on Greek beaches. Otherwise people will die in winter. Action now. pic.twitter.com/BqSU59sXwG
Se espera que a lo largo del día aumente el número de esas personas que huyen de Siria, Irán o Afganistán y aspiran a conseguir asilo en Europa occidental, informó a Efe hoy Melita Sunjic, portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Esos refugiados se concentran en las proximidades de la localidad de Sid, en el noroeste de Serbia, por las sendas de la “frontera verde” entre los dos países, añadió la portavoz en declaraciones telefónicas desde la zona fronteriza.
Destacó que entre ellos hay mujeres, niños y ancianos que esperan durante horas, algunos durante toda la noche, para pasar a Croacia y seguir viaje hacia sus destinos en Europa occidental, generalmente Alemania o Suecia.
“Está (la frontera verde) en medio de los campos y no está previsto que la gente permanezca allí, ni pase la noche, sobre todo con estas (malas) condiciones meteorológicas”, dijo Sunjic, y recordó que anoche llovió sin cesar y hay mucho barro.
Explicó que no hay iluminación y que durante la noche un niño se perdió de su madre y además hubo varias personas que sufrieron desmayos.
La ACNUR está reforzando el envío de comida y bebidas a la zona, indicó Sunjic.
Según dijeron a Efe fuentes del Ministerio del Interior, en Serbia fueron registrados el domingo 5.754 demandantes de asilo.
Serbia se encuentra en la ruta balcánica, que comienza en Grecia, pasa por Macedonia y ahora sigue por Croacia, Eslovenia y Austria, mientras que hasta el cierre de las fronteras húngaras pasaba por el país magiar.
Hungría selló el sábado pasado su frontera con Croacia para detener el flujo de los refugiados, y Eslovenia, por donde empezaban a seguir su camino, limita a 2.500 personas el número de refugiados que admite por día, e impide con vallas, policías y perros la entrada de más personas.
Eso ha creado un efecto dominó que lleva a Croacia a reducir también la cifra de refugiados que deja pasar, creándose así cuellos de botella a lo largo de la ruta de los Balcanes, con miles de personas y familias esperando en las fronteras, justo cuando a esta región han comenzado a registrarse las bajas temperaturas del otoño.
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