El primer ministro de Bulgaria, Boiko Borisov, calificó hoy de “absurdo accidente” y “trágica casualidad” la muerte hace dos días de un refugiado afgano que fue alcanzado por una bala disparada por un policía que le dio el alto al entrar ilegalmente en suelo búlgaro.

“Nadie ha querido matar a una persona. Los agentes de Policía que formaban parte de esta patrulla no deben ser ni galardonados ni despedidos. Son gente que cumplía con sus obligaciones y funciones en una situación extrema”, comentó hoy Borisov ante los medios.

Una autopsia realizada por el hospital regional de Burgas, una región fronteriza con Turquía, ha concluido que el refugiado murió al ser alcanzado en el cuello por una bala.

La explicación oficial es que los agentes dieron el alto a un grupo de refugiados que escondía bajo un puente tras haber entrado ilegalmente en el país.

Ante la actitud agresiva de los inmigrantes, un agente disparó al aire y la bala rebotó, alcanzado a uno de ellos, señala la investigación oficial.

Borisov aseguró hoy que “considera difícil” que los inmigrantes afganos sean calificados como refugiados y aseguró que en las fronteras exteriores de la Unión Europea “se está librando una guerra”.

El Ejército búlgaro anunció hoy que desplegará más militares para apoyar la vigilancia de la frontera con Turquía si tal medida es necesaria.