Merkel impulsará la entrada de Turquía en la UE si frena la llegada de refugiados
La oposición le acusa de apoyar a Erdogan de cara a los comicios turcos
La Voz de Galicia, , 19-10-2015«Un país en solitario no puede asumir la emigración o la huida de gente en dificultades. Debemos ver formas de apoyar a Turquía y de posibilitar una migración regulada hacia la Unión Europea». Así se expresó ayer Angela Merkel durante su fugaz visita a Estambul con el objetivo de buscar ayuda para gestionar la oleada de refugiados, que entretanto buscan una ruta alternativa a través de Eslovenia para llegar a la tierra prometida. La mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial ha puesto a la canciller contra la espada y la pared. Alemania necesita que Turquía fortalezca la vigilancia de sus fronteras para frenar la llegada de refugiados. La desesperación es tal, que la dama de hierro se mostró dispuesta a ceder a las peticiones de Ankara, que muchos consideran un chantaje.
Tras su reunión con la jefa del Gobierno alemán, el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, anunció que ha solicitado a sus aliados de la Unión Europea, especialmente a Alemania, Francia, España y Reino Unido, que faciliten la adhesión de su país al bloque comunitario; algo que lleva intentando en vano desde 1987. Además, reclama ayuda financiera adicional a los 3.000 millones de euros pactados en la cumbre de la semana pasada en Bruselas y el levantamiento de visados para sus ciudadanos.
«Estamos muy contentos de que haya un mejor enfoque ahora» por parte de la UE en la crisis de refugiados, declaró horas antes el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. Merkel advirtió que, si bien la prioridad es la agenda política y económica, no perderá de vista el asunto de los derechos humanos.
Precisamente ello le ha granjeado un aluvión de críticas de la oposición y las oenegés alemanas, que tachan la visita de mero espaldarazo al partido de Erdogan, el AKP, a dos semanas de las elecciones turcas. El fin justifica los medios, debe pensar ahora Merkel, que criticó innumerables veces el régimen represor turco.
Pero la presión es insostenible. No pasa un solo día sin que Merkel reciba dardos envenenados de sus propios correligionarios, que rechazan su actual política de acogida. En torno a 10.000 refugiados alcanzan cada día suelo alemán desde septiembre. La policía propuso incluso construir una valla en la frontera con Austria, siguiendo el ejemplo de Hungría. Las autoridades están desbordadas, y la población, casi esquizofrénica. El cuento de verano alemán ha derivado en un auge de la xenofobia y la ultraderecha.
El episodio más dramático tuvo lugar el sábado, cuando la responsable de acogida de asilados en Colonia fue apuñalada. Como se esperaba, Henriette Reker (independiente apoyada por la CDU de Merkel), ganó ayer las elecciones a la alcaldía de la cuarta ciudad alemana; victoria que recibió desde el hospital donde se recupera del ataque. La fiscalía confirmó que el agresor militó en un grupo neonazi durante los años 90. Lo que reafirma los peores temores del Gobierno: la crisis de refugiados podría generar un terrorismo de extrema derecha en el país.
(Puede haber caducado)