Tímidos avances
La solución al drama de los refugiados se resiste. Los líderes europeos, en la última cumbre de la UE, han apostado a corto plazo por controlar los flujos migratorios, pero a medio y largo plazo todo o casi todo sigue entre alfileres.
Diario de Noticias, , 18-10-2015La última cumbre europea deja algunos titulares y numerosos interrogantes. La estrategia a corto plazo apuesta por el control de los flujos migratorio y la negociación con Turquía como Estados tapón. A medio y largo plazo las soluciones se antojan algo más complicadas.
3.000 millones
Es el gran titular de la cumbre celebrada este jueves en Bruselas, pero como todo gran titular tiene letra pequeña. La Comisión Europea ha negociado contrarreloj un pre – acuerdo con Ankara por el que los Veintiocho desbloquearían 3.000 millones de euros a cambio de que Turquía contenga el flujo de refugiados en su territorio para impedir el acceso a la Unión Europea. Hace unas semanas, esta cifra ascendía tan solo a un tercio de esta cantidad. Este aumento significativo demuestra el interés europeo ante unos flujos de refugiados que no puede o no quiere sobrellevar. El gran problema reside en que ahora esto debe ser ratificado por los Estados Europeos, que deberán realizar aportaciones adicionales al presupuesto europeo que tan sólo cuenta con 500 millones de euros para esta partida. Alemania ha dado un fuerte respaldo político a esta iniciativa y de hecho, la canciller alemana, se desplazaba ayer a Turquía para mantener un encuentro con su presidente, Recep Tayyip Erdogan a tan sólo dos semanas de las elecciones generales y después del atentado terrorista que ha sacudido al país. Francia prefiere desbloquear esta cantidad paso a paso y sujeto al cumplimiento paulatino por parte de Turquía de lo acordado.
Contraprestaciones políticas
Erdogan no solo se conforma con dinero a cambio de que los refugiados se queden en su territorio (se calcula que Ankara ha gastado ya 7.000 millones de euros y que dos millones de personas demandantes de asilo se encuentran en el país). Políticamente, al presidente turco le interesa la liberalización de visados para los turistas turcos que visiten Europa y también la aceleración en el proceso de adhesión de Turquía a la UE. Este miércoles estaba previsto que Bruselas presentará un informe muy crítico este últimos asunto que, oportunamente, ha sido pospuesto sine die y sin ningún tipo de explicación. En el proceso de adhesión, estancado desde hace años, Turquía vuelve a enfrentarse con los habituales fantasmas en sus lazos históricos: Grecia y Chipre (este último país sigue dividido y el Sur no es reconocido como Estado por parte de Ankara)
Los problemas de vecindad con Grecia vuelven a ponerse nuevamente sobre el tapete ante la posibilidad de formar patrullas conjuntas en el Egeo para controlar el flujo de migrantes. Una posibilidad que Atenas rechaza de manera tajante ya que supone resucitar un conflicto histórico sobre la territorialidad de las aguas y lo que considera una cesión inaceptable de su soberanía.
La liberalización de los visados también choca en algunos Estados miembros como Francia, temeroso que se cuelen en territorio europeo posibles yihadistas islámicos. Parece que las negociaciones no van a ser fáciles. Ya lo advirtió el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en su invitación a los líderes europeos antes de su encuentro en Bruselas: “las concesiones solo están justificadas si se logra el objetivo”.
La máxima de los Veintiocho a corto plazo reside en detener la entrada de refugiados procedentes de Siria aprovechando que con la llegada del invierno van a ser mucho menores que durante los últimos meses. Esta aproximación también evidencia que los principales puntos de fricción continúan pendientes y sin apenas avances.
Guardia Costera
Francia ha dado un paso al frente a la hora de proponer la formación de un cuerpo supranacional europeo de guardacostas, una iniciativa a medio y largo plazo que podría contar con una primera fase de desarrollo en la que se aumentarán e incluso cambiarán las capacidades de Frontex, la actual agencia de vigilancia de fronteras que no cuenta apenas con efectivos propios sino solo con aquellos aportados por los Estados Europeos. Ahora mismo la vigilancia de fronteras exteriores de la Unión radica en cada Estado y los países de entrada al continente son muy reacios en lo que consideran una cesión de soberanía y una muestra de incapacidad.
Cuotas obligatorias
La propuesta de la Comisión Europea de crear un sistema de asilo europeo con un reparto automático de refugiados según cuotas marcadas por el PIB, la población y el esfuerzo anterior sigue sin ser aceptado por los Estados Europeos. Los Veintiocho aceptaron hace tres semanas el reparto de 160.000 refugiados de manera voluntaria y ante una situación de urgencia, pero son reticentes a un sistema obligatorio y permanente que pueda activarse a propuesta de Bruselas ante situaciones de excepcionalidad. El bloque del Este volvió a mostrar su rechazo en la cumbre del jueves ante la propuesta del ejecutivo comunitario. Fuentes comunitarias también apuntaban a que España se mostró en contra.
Protocolo de Dublín
No funciona, pero no ha consenso sobre cómo mejorarlo. Así se denomina al protocolo por el que se debe efectuar las gestiones de la demanda de asilo en el país de llegada a territorio europeo y devolver al demandante al Estado de entrada. Alemania, en mes de agosto y en una primera fase de apertura de fronteras suspendió este protocolo para los sirios que habían llegado por la ruta de los Balcanes y no se habían quedado en Grecia, su primer punto de entrada. La propia agencia Frontex ha reconocido que aunque según sus últimas cifras, 710.000 personas intentaron llegar a territorio europeo en los primeros nueve meses del año, esta cantidad podría ser sensiblemente inferior ya que contabilizaba por una parte la entrada a Grecia y después el acceso a Turquía.
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