La isla es la tercera de Canarias en número de residentes senegaleses: unos 600
Canarias 7, , 16-10-2015La organización del taller para la integración de los extranjeros sirvió para la presentación de la Coordinadora de Asociaciones Senegaleses del Archipiélago Canario (Casac), que defiende los intereses de los 3.500 compatriotas residentes en las islas.
La participación ciudadana cambia el mundo. Lo afirma Madiop Fall Niang, presidente de la Coordinadora de Asociaciones Senegaleses del Archipiélago Canario (Casac), que defiende los intereses de los 3.500 compatriotas que viven en las islas, de los cuales unos 600 residen en Fuerteventura.
En torno a esta necesidad de participación y de limar las diferencias entre la población inmigrante y la de acogida, la Casac organizó ayer un taller en el centro polivalente de El Charco enmarcado en el proyecto Volcando los objetivos de desarrollo del milenio en Canarias, que cuenta con financiación de la Unión Europea. El taller se centró en combatir estereotipos que rondan sobre la población extranjera en cinco ámbitos: sanidad, migración, educación, pobreza y mujer, donde abundan frases del tipo los inmigrantes nos invaden, además nos quitan el trabajo y reciben más ayudas que nosotros, o los niños inmigrantes provocan que baje el nivel de las clases escolares.
Los objetivos del desarrollo del milenio son ocho, pactados en el 2000 por los 189 países de la Naciones Unidas, para cumplir antes de finalizar este año. Estas metas se marcaron para mejorar las condiciones de vida de las personas más vulnerables y con menos recursos, con especial atención a las mujeres y los niños, erradicando la desigualdad económica y social que viven los países de África y Asia.
Mercadillos como trabajo. Con 600 senegaleses residentes, Fuerteventura es la tercera isla de Canarias en número de senegaleses, según los datos de la Casac. Estos ciudadanos se concentran en cuatro zonas (Corralejo, Puerto del Rosario, El Castillo y Morro Jable) y se dedican en su mayoría a la venta en los mercadillos por falta de preparación y de medios.
Aunque son su principal fuente de ingresos, el trabajo de estos ciudadanos senegaleses en los mercadillos les impone una importante limitación: la renovación de sus permisos de residencia dependen de un contrato de trabajo que no les da esta ocupación laboral.
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