El buque Sirena abandonó el puerto de Alcoa en San Cibrao hacia las tres y media de la madrugada de ayer con su carga de alúmina y con uno de los tres polizones que habían viajado en el buque hasta la costa lucense, supuestamente, desde Marruecos. Según distintas fuentes, el que sigue viaje es un adulto de origen argelino, al que le fue rechazada la entrada en territorio español. Al parecer, el domingo, en presencia de un abogado y con ayuda de un traductor de árabe, se le leyeron sus derechos y se le explicó que no podía entrar en el país sin visado ni documentación. Las mismas fuentes señalaron que en ningún momento pidió asilo y que su propósito era solo llegar a un país que le ofreciera mejores oportunidades.

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Los otros dos compañeros de viaje, ambos menores de edad, uno argelino y otro marroquí, supuestamente, permanecen ingresados en el centro de menores de la Virxe dos Ollos Grandes de Lugo. Allí fueron enviados tras practicárseles exámenes radiológicos que confirmaron que se trataba de menores de edad, lo que les confiere derecho a un tratamiento especial.