La ultraderecha alemana sigue sacando pecho contra la política migratoria de Berlín. Ayer el grupo islamófobo Pegida organizó una marcha en la ciudad de Dresde, al este del país, donde movilizó entre 7.500 y 9.000 personas en contra de la llegada de refugiados. Una de las imágenes más duras que dejó la protesta fue la exhibición de horcas donde ponía el nombre de la cancillera alemana, Angela Merkel, y del vicencanciller, Sigmar Gabriel.

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El grupo ultra pidió la dimisión de la líder alemana, a quién se acusó de terrorista, y la deportación de los que intentan llegar a Alemania huyendo de la guerra. El líder de la formación de ultraderecha, Lutz Bachmann, describió al gobierno federal como a nuestros dictadores de Berlín. Pegida celebrará el próximo lunes su primer aniversario, en el que se ha dedicado a protestar contra la llegada de personas musulmanas y contra el gobierno.

El caso de la horca ha llegado ahora a los tribunales. Durante esta mañana, la Fiscalía de Dresde ha abierto una investigación por posibles delitos penales contra el autor de la pancarta, algo que Bachmann considera ridículo. Los cargos que pesan contra los responsables podrían ser la alteración del orden público por la amenaza de delincuencia y la incitación pública a actos criminales.